La ‘Y’ vasca, nuevamente en suspenso
Las declaraciones del ministro de Fomento descartando la entrada soterrada del TAV en las capitales vascas supone una nueva muestra de la falta de voluntad del PP de acelerar la culminación de esta obra
LAS declaraciones del ministro de Justicia y Fomento en funciones, Rafael Catalá, descartando la llegada soterrada del tren de Alta Velocidad a Bilbao, Donostia y Gasteiz es un nuevo jarro de agua fría a esta importante infraestructura ferroviaria que arrastra un largo rosario de retrasos en su ejecución. Han pasado casi 30 años desde que se planteó por primera vez el diseño de un nuevo ferrocarril vasco en ancho de vía europeo, que permitiera un transporte de pasajeros y mercancías más ágil, interconectara las tres capitales vascas y les diera salida en dirección al continente, a Nafarroa y a las vías que se fueran a construir en la península. El proyecto de la Y vasca, que fue precursor entre otros que se plantearon en el Estado, quedó reiteradamente pospuesto en su ejecución, mientras que otros ejes como el de Madrid-Sevilla o Madrid-Barcelona-Francia se construían y entraban en funcionamiento. Después de muchos avatares las obras comenzaron en 2006 y, tras varios aplazamientos, su entrada en funcionamiento quedó definida para 2019, fecha que difícilmente se cumplirá como consecuencia de los retrasos acumulados estos últimos años y de la declaración efectuada el jueves por el representante del Gobierno del PP que deja en suspenso un asunto crucial como es la entrada a las capitales. Cabe deducir que los últimos contactos mantenidos con el Ministerio de Fomento en el último año no han servido para nada y que el proyecto para la culminación de esta infraestructura queda de momento en el aire. Tanto la administración vasca como los ayuntamientos de las capitales vascas tienen definidos los proyectos para que este acceso sea soterrado, de forma que el ferrocarril deje de ser una división física en el centro de nuestras ciudades y despeje superficies urbanas que puedan unir la ciudad y ofrecer nuevos equipamientos. Ciertamente se trata de proyectos costosos desde el punto de vista de su financiación pero abrirían a Bilbao, Donostia y Gasteiz unas expectativas de conexión y desarrollo urbano modernos y de futuro. La actitud del responsable de Fomento es una nueva muestra de la falta de voluntad del PP para acelerar esta importante infraestructura, lo que unido a la parálisis que afecta al Gobierno de España y a la incertidumbre política e institucional dejan un preocupante signo de interrogación sobre la Y vasca.