rosario Sánchez, La Dinamitera miliciana, tras un periplo carcelario por las prisiones de Durango, Orio, Deusto y Saturraran y todo tipo de calamidades, fue condenada a muerte, y aunque la pena le fue conmutada por treinta años de cárcel, de los que solamente cumplió tres, quedó en libertad gracias a los beneficios penitenciarios que el régimen franquista se veía obligado a decretar periódicamente para aliviar sus prisiones.

El sin par Miguel Hernández, a los pocos días de llegar a Alcalá de Henares, en noviembre de 1936, tuvo conocimiento de que una miliciana de su batallón, llamada Rosario Sánchez Mora, había perdido la mano derecha en unas maniobras, mientras ayudada a fabricar bombas y explosivos y le dedicó uno de sus poemas más conocidos, que decía así: Rosario dinamitera/sobre tu mano bonita/celaba la dinamita/sus atributos de fiera/?bien conoció el enemigo/la mano de esta doncella/que ni un solo sus atributos de fiera/... /bien conoció el enemigo/la mano de esta doncella/que hoy no es mano/que ni un solo dedo agita/se prendió la dinamita/la convirtió en estrella? De la guerrillera madrileña, en el libro Trece rosas rojas, Carlos Fonseca relata el paso de Rosario por la prisión de Durango. La Dinamitera regresó a Saturraran, donde solo quedaba una pared de aquel penal que antes fuera seminario.

A Rosario, según ella misma relataba en sus entrevistas, no le gustaba su nombre. El 7 de julio de 2007 el Gobierno vasco rindió homenaje a las 4.000 mujeres presas en aquel enclave de Mutriku. Un año más tarde falleció Rosario, cuatro días antes de cumplir los 89.