Sobre el hospital de Basurto
Por desgracia, hace poco tuve que acudir a Urgencias de Oftalmología del hospital de Basurto. Cuando me acerqué a aquellas instalaciones, por llamarlas de alguna manera, me pregunté si Jon Darpón, primer responsable de Osakidetza, habría visitado ese lugar. Me inclino a pensar que no, y mucho menos, como paciente. Es un lugar absolutamente demencial: un sótano maloliente con una sala de espera para diez personas (el resto tiene que esperar fuera, en un pasillo), sala de espera que comparten con quienes se van a hacer determinadas pruebas en los ojos... Pero la cosa no termina ahí. También tuve que visitar Oftalmología en Consultas Externas. El hacinamiento de ese lugar es tremendo. La gente espera de pie en un pasillo estrecho. Los médicos tienen unas salas diminutas lo que, en muchas ocasiones, les obliga a tener la puerta abierta. La tensión ocular la toman en una máquina colocada en un entrante del mismo pasillo y tiene su propia cola de espera separada por cincuenta centímetros de quien se está midiendo. Cualquier paciente y trabajador de Oftalmología lo puede confirmar. El hospital de Basurto es precioso, pero, sinceramente, creo que los bilbainos nos merecemos algo mejor. Menos invertir en crear una ciudad para turistas y más preocuparse por los que vivimos aquí. El hospital de Basurto necesita ya un nuevo pabellón para las Consultas Externas donde los profesionales hagan su labor en unas condiciones dignas. Sitio hay porque hay dos aparcamientos en parcelas cernadas. Ahora solo falta reestructurar el gasto y que Bilbao tenga el hospital que se merece.