La sociedad europea se vanagloria de su libertad, tolerancia y del carácter multicultural de unas naciones cada vez más diversas y plurales, pero, ¿es realmente lo que quiere el ciudadano de a pie? No por querer algo esto se convierte en realidad. La comunidad islámica europea debe vivir el mismo proceso de laicismo que sufre toda Europa, de lo contrario ¿cómo pretendemos que encajen? Estaríamos primando una cultura que hasta hace poco nos era ajena y renegando de nuestra cultura primigenia. El terrorismo es un problema y el choque de culturas otro. No hay que identificar inmigración y terrorismo. Muchos inmigrantes huyen precisamente de los mismos terroristas que nos golpean de forma inmisericorde. Europa debe darse de bruces con la realidad y dejarse de ensoñaciones. Una Europa posmoderna, laica y que reniega de sus raíces no puede integrar a gente que sigue viviendo su religiosidad y cultura como vivía Europa la suya hace muchos lustros. Está bien sacarse fotos con manifestaciones en pro de una sociedad multicultural, pero es negar la realidad al igual que pretender combatir el terrorismo iluminando monumentos o con frases estilo Je suis? Diferenciemos la solidaridad y empatía con las medidas prácticas que tarde o temprano deberemos tomar. La sociedad europea terminará viviendo como lo hace Israel. Ese es el precio a pagar si queremos mayor seguridad y las sociedades multiculturales no funcionan.
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