Es la última esquela de Dios y se ha redactado en la Universidad del País Vasco. Se trata del Agur Jaunak, el himno más conocido y celebrado en todos los eventos religiosos o profanos de nuestra tierra vasca. Su letra no era compatible, al parecer, con la sensibilidad atea de nuestros tiempos. Los vascos, sin embargo, desde hace cien años, al entonar este himno, se descubrían la cabeza, en señal de respeto, y se ponían en pie para estar, quizás, una pulgada más cerca de Dios. Esa era la fe de nuestros mayores que quedó grabada, como una foto fija, en ese maravilloso himno, el Agur Jaunak, desnudado gratuitamente ahora de su contenido religioso. ¿Os parece bien la reciente destrucción de monumentos de hace 2.000 años que llevan a cabo los talibanes, por ser incompatibles con su religión? La Universidad es el almacén y administrador de todos los conocimientos humanos, desde que comenzamos a tener la facultad de razonar y hacer historia. En consecuencia, ninguna universidad tiene autoridad para borrar una foto que, aunque sea fija, refleja el mundo que nos precedió y que hizo posible nuestra historia.
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