Un avispero de intereses
Tras cuatro años de guerra cruenta y crisis humanitaria, los bombardeos rusos sobre Siria y las críticas de Estados Unidos permiten dudar de los verdaderos objetivos que hay detrás de la intervención de las potencias
LOS primeros bombardeos de aviones rusos en Siria, que según algunas fuentes han sido realizados por pilotos de las fuerzas de Bachar Al Asad y cuyos vuelos, en todo caso, han sido coordinados con el alto mando del régimen sirio ,tal y como admite el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, muestran una vez más el intrincado y múltiple conflicto de intereses en que se ha convertido el avispero sirio. Las críticas de Washington a Moscú y las dudas respecto a los objetivos de los bombardeos, que según algunos observadores castigan indistintamente a todos los opositores de Al Asad y no específicamente al Estado Islámico, responden sin duda a la realidad, pero esta no puede obviar el hecho de que la intervención rusa se produce tras una petición de ayuda directa del régimen sirio y, por tanto, respetaría los cauces de la legalidad internacional en contraste con la intervención de otros países (Francia, Estados Unidos y Australia).
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