EL Alderdi Eguna da para mucho, incluso para aprendizajes curiosos. Fue en Aixerrota, en 1979, donde aprendí que para desatascar una tuerca oxidada la Coca-Cola era de lo mejorcito. Ese año, el primero que se celebró en Bizkaia, nos tocó a los de EGI del territorio echar una mano en el montaje de las txosnas y la tribuna, por cierto enorme, y allí estuvimos varias semanas, primero bajo un sol de justicia y finalmente soportando un aguacero infernal.
El jueves pasado estuve acompañando a unos burukides en las campas de Foronda que acogerán al Alderdi Eguna este año. Allí estuve compartiendo charla y cena con los voluntarios que estaban preparando las instalaciones en el lugar. Gentes que utilizan sus días libres para realizar el montaje y la puesta a punto de la mayor concentración de un partido político en el ámbito europeo. Y lo hacen gratis et amore. Porque creen en lo que están haciendo. Creen en su partido. Sienten que todos, afiliados, burukides, representantes institucionales... trabajamos en la misma dirección, que todos tenemos el mismo convencimiento. Están convencidos de que vale la pena trabajar para el partido y así lo hacen por su país. Eskerrik asko a todos ellos.
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