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Impedimento de asimilación

Fueron el diputado general de Álava, el señor De Andrés y su secuaz, el señor Oyarzábal, quienes plantearon argumentos que francamente nos retrotraen al pasado, a aquellos estertores del siglo XX, cuando Unidad Alavesa gozaba de cierto poder y de mucha animadversión hacia el euskara y los vizcainos y los guipuzcoanos, principalmente. Pues bien, ahora hay quien animado por la altura que ha tomado la ola antieuskaldun se sube también a ella, como el delegado del Gobierno en el País Vasco, señor Urquijo, quien asevera que “en Euskadi sigue habiendo falta de libertad y deberán pasar muchos años para erradicar imposiciones como la del euskara”.

Decía Arturo Kanpion que “el euskara nos distingue (de los demás pueblos) e impide que seamos asimilados”, y a mi modesto parecer, he ahí la clave de la cuestión. En Araba, en el bienio 1866-68,de un total de 120.000 habitantes, 12.000 eran vascoparlantes, o lo que es lo mismo, el 10% de la población. En 1981 eran euskaldunes el 4%; en 1991, el 8,6%; en 2001, el 16%, y el último dato de que se tiene constancia, el de 2011, asciende ya hasta el 22.9%. Es por eso que a muchos exaspera esta recuperación de forma notable y sin interrupciones, porque el señor Kanpion llevaba razón en su proclama, y ven que el territorio histórico alavés, poco a poco, paso a paso, cada vez se asemeja más lingüística, social y políticamente a los de Bizkaia y Gipuzkoa. Se hace país día a día, y los resultados se comienzan a vislumbrar en Araba donde no me cabe ninguna duda de que va a haber ahaldun nagusi y alcalde de Gasteiz de un mismo partido, el jeltzale.