Esta es una carta de agradecimiento a una serie de buenas personas con las que no tengo forma de contactar y no puedo hacerlo personalmente. El pasado día 10 de septiembre sufrí un tirón de un delincuente en la calle Virgen de Begoña, que me dio un susto horroroso. Vino por detrás de mí, tiró de la cadena que llevaba al cuello y se llevó lo que colgaba de ella. En primer lugar, gracias al vecino del portal más cercano que se acercó al oírme gritar, llamó a los municipales y estuvo conmigo hasta que estos llegaron. Gracias a la chica que subía en ese momento y nos informó por dónde había huido el ladrón. Como el primer vecino se quedó conmigo hasta que llegaron los municipales y conocía bien la zona les pudo pasar esta información.
Gracias a los policías que me tomaron los datos y a su eficacia. Comunicaron por radio la descripción del delincuente y por dónde había huido y en unos minutos recibieron la noticia de que le habían cogido y que los objetos robados, no de gran valor material pero de mucho valor sentimental para mí, estaban todos. Físicamente el asunto no ha tenido secuelas. Me imagino que el miedo se me irá pasando en unos días y podré seguir confiando en la seguridad que ofrece la policía de Bilbao.