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95 años de genio y figura

Elizabete Aguirrezabal es una amable y enérgica señora que lleva sus 95 años (y pico) con un salero envidiable. El tiempo pasa, pero sus ojos continúan siendo vivos, la mente ágil, la palabra fluida, encantadora... Los primeros pasos en su educación los dio en la Compañía de María de Bergara y, posteriormente, estudió mecanografía, taquigrafía y contabilidad. A partir de ahí la contrataron en la empresa Beroa, con sedes en Aretxabaleta y Donostia. Posteriormente, durante años, fue directora-gerente de Vergara Textil S. A. “Hasta que las textiles de Bergara fueron cayendo como una baraja de cartas. Un año más tarde pude coger la jubilación, la prestación graciable, que decían. Tuve suerte”, dice. Fue la primera mujer en ocupar un cargo de dirección en el entramado empresarial guipuzcoano y, seguramente, vasco, destinado, mayormente, para el género masculino, y donde la pisada de una mujer y el repiqueteo de sus tacones se captaban a lo largo y ancho de las instalaciones. Quizás la designación de empresa textil paliaba, de alguna manera, la rigidez de los usos y costumbres de la época. Hoy, cuando hay, el trabajo es de y para todos, afortunadamente. Elizabete, a sus casi 100 años, continúa siendo genio y figura, con muchas cosas que decir y debatir con su voz amable, firme, cariñosa sonrisa y chispeante mirada. Y ahí continúa, con algunas de sus amigas, tomando el cafelito de la mañana en el foro del hotel donde se discute sobre lo divino y lo humano, dando un repaso a los titulares o noticias importantes de la prensa de la mañana y matizando los últimos temas del pueblo. Pero, “yo, el periódico lo leo en casa, tranquilamente”, puntualiza. Cuando finaliza el chascarrillo cafetero toca paseo. No se habla de achaques... a poder ser. Tras la comida y el descanso reparador, Elizabete se da un paseo, una vueltecita por su barrio, San Antonio.