LA venta de Catalunya Banc por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) al BBVA en 1.187 millones de euros -la mitad del patrimonio neto del banco adquirido- es la última constatación de que en el proceso de reorganización de la banca española está en gran medida el origen de la pérdida de bienestar social que el gobierno presidido por Mariano Rajoy ha causado en el Estado español. Frente a las iniciales promesas del Ejecutivo del PP, verbalizadas rotundamente hace cinco años por el ministro de Economía, Luis De Guindos (hoy presunto candidato a dirigir el Eurogrupo), cuando aseguró que la reestructuración del sector bancario no costaría un euro a los contribuyentes, la realidad está en la simple resta entre lo invertido por el Estado en Catalunya Banc -12.050 millones de euros en ayudas directas y 572 del FROB en las hipotecas tóxicas de la entidad- y lo recuperado por las arcas públicas tras su venta: 783 de los 1.187 millones, correspondientes al 66% de participación estatal en el banco fruto de la fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa. En esa única operación, el Estado ha perdido más de 11.000 millones de euros, una tercera parte del incremento de la deuda pública en el primer trimestre de 2014, lo que prácticamente equivaldría asimismo a la rebaja presupuestaria en dos materias clave del bienestar y el desarrollo social: sanidad y educación. Y es por ello que plantear hoy nuevos recortes, como al parecer ha pretendido el Gobierno Rajoy transmitir a las Comunidades Autónomas, resulta obsceno si se tiene en cuenta que la venta de Catalunya Banc es solo una de las operaciones del proceso de reestructuración bancaria en las que el Estado se ha dejado parte de los 93.000 millones de euros invertidos en el rescate bancario (61.495 millones en inyecciones de dinero público desde 2009 y 32.086 en avales de emisiones de deuda) y que a día de hoy apenas ha recuperado 2.500 millones de euros con la operación de Catalunya Banc, la de Banca Cívica y la de las cajas gallegas. O que no ha recibido un euro de la venta del 7,5% de Bankia, entidad a la que ayudó con más de 22.000 millones que la propia Comisión Europea ha advertido que la entidad no va a devolver.
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