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La paz por encima de ideologías

Los resultados del sociómetro señalan de manera nítida dónde sitúa la sociedad vasca, primera interesada en cerrar el capítulo de la violencia, las responsabilidades políticas de las partes para la consecución de ese objetivo

LA sociedad vasca no ha sido el único ámbito de afección de una violencia, la desplegada por ETA durante medio siglo, que se ha extendido al Estado español, pero indudablemente sí es la que más y más directa y trágicamente se ha visto afectada por ella. De esa afección, del dramático conocimiento del dolor sufrido y de la consciencia respecto a la irracional inutilidad del dolor generado, cabe deducir que no solo es la más interesada en cerrar el capítulo de la historia que ha desangrado sus relaciones sociales y condicionado su vida misma; sino también la más avezada a la hora de interpretar las necesidades para que ese cierre, además de alcanzar el carácter de irreversible y definitivo, suponga al mismo tiempo la apertura de un nuevo tiempo en el que las ideologías políticas no se antepongan a la relación y el desarrollo humanos pese que tengan cabida las más amplias reivindicaciones. En ese sentido, los resultados del Sociómetro del Gobierno vasco sobre paz y convivencia dibujan en toda su complejidad pero al tiempo con claridad meridiana por dónde considera la sociedad vasca que deben transitar las responsabilidades políticas de todas las partes en la consecución de ese objetivo. No es gratuito que casi seis de cada diez vascos considere que el Gobierno español, presidido por Mariano Rajoy, está actuando mal o muy mal con respecto a la paz en Euskadi ni que más de la mitad de los consultados sitúen en el desarme y la disolución de ETA el avance principal que exige la pacificación. En otras palabras, que es quien ha venido practicando la violencia quien debe poner fin a la misma de manera unilateral e incondicional, pero que es el Gobierno del Estado, en virtud de sus competencias como garante de la ley, quien debe cuando menos respetar las vías y medios que esta proporciona para que ese final se produzca. Así cabe interpretar que más del 70% de la ciudadanía vasca, es decir, una mayoría claramente superadora de ideologías; diga estar de acuerdo con el acercamiento de los presos a las cárceles vascas y la excarcelación de los reclusos enfermos; pero igualmente que el 84% de los vascos exija a ETA reconocer el daño causado y que de esta nítida mayoría, la más amplia de la encuesta de hecho, el 69% considere además que quienes han venido practicando la violencia deben reconocer también su error.