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Homenaje europeo para Inaxio Uria Mendizabal

Europa incrementará un 80% el movimiento de mercancías y un 50% el de viajeros. El transporte supone ya 10 millones de empleos y al final de década la movilidad sostenible facturará 300.000 millones. A esas 'naderías' dedicaba su esfuerzo un hombre tan comprometido con su país como indefenso al ser asesinado hoy hace 5 años

HOY hace cinco años, ETA asesinó a Inaxio Uria Mendizabal. Un criminal disparó a sangre fría sobre una buena persona, un trabajador infatigable, un ciudadano comprometido, una persona cercana y afable que desde su empresa daba empleo a 370 personas. En esta ocasión, los terroristas matándole pretendían impedir por la fuerza la construcción de la Y vasca, un proyecto avalado por la opinión mayoritaria de la sociedad vasca expresada en sus instituciones. Una obra de alcance europeo, fundamental para el desarrollo no solo de nuestro país sino de todo el continente. Pero solo mataban, generaban dolor y mostraban una vez más su falta de humanidad y la nula capacidad de prospectiva y visión estratégica que ha acreditado ETA y su mundo con su oposición a todos los proyectos estratégicos que nos ha hecho crecer gracias al esfuerzo de todas y todos.

La Y vasca es parte del Eje Atlántico, uno de los corredores de transporte intermodal prioritarios para el desarrollo de la Unión Europea. Tras más de dos años de trabajo como representante de mi grupo en las negociaciones, el pasado 19 de noviembre el pleno del Parlamento Europeo daba luz verde al informe sobre Redes Transeuropeas de Transporte (TEN-T de acuerdo con su denominación en inglés). En este documento, que planifica las obras de infraestructuras de transporte, energía y telecomunicaciones para los próximos 30 años, se ratifica que las obras en que trabajaba el empresario asesinado son una prioridad para toda Europa y se insta a los Estados a que se comprometan con su ejecución para optimizar los escasos recursos que la crisis ha dejado en las arcas públicas. Se trata de dedicar el dinero a inversiones que añadan valor europeo, que mejoren la competitividad de nuestro tejido productivo y sean potenciales generadores de desarrollo y empleo en un contexto de demanda creciente. En 2050, en Europa se habrá incrementado en un 80% el movimiento de mercancías y en un 50% el movimiento de viajeros. Para entender la dimensión del reto que tenemos delante destacaré que las empresas europeas podrían ahorrarse anualmente una cantidad equivalente al 1% del Producto Interior Bruto del todo el continente en resolver los problemas logísticos derivados de la saturación de nuestras actuales redes de transporte. La logística, el transporte y el almacenamiento representan entre un 10% y un 15% del coste de un producto acabado.

Resolver este problema es ya una oportunidad de generación de empleo e innovación. Hoy, en Europa, 10 millones de personas trabajan en el sector del transporte, lo que representa un 4,5% del empleo total y el 4,6% del producto interior bruto (PIB). La fabricación del material de transporte genera un 1,7% adicional del PIB y un 1,5% de empleo. Los productos y servicios relacionados con la movilidad sostenible facturarán al final de esta década trescientos mil millones, cien mil millones más que hoy. Además, transformar el actual concepto de transporte en un sistema integral de movilidad inteligente es y será fuente de empleos de calidad. El despliegue de la red de satélites del Sistema Galileo (GPS europeo) abre las puertas a posibilidades de gestión de la movilidad que pasan por poder planificar en un clic cualquier viaje u operación de transporte de mercancías, combinando tipos diferentes de transporte, al mejor precio, evitando esperas inútiles y con un nivel de detalle que permitirá prever con antelación hasta dónde aparcar el coche si decidimos cubrir por ese procedimiento la fase final del trayecto. Imaginen el tipo de profesional que requerirá poner en marcha esas posibilidades.

Las obras en las que trabajaba Inaxio Uria Mendizabal son fundamentales también para superar la dependencia energética del petróleo. El transporte cubre el 96% de sus necesidades de energía con derivados de este combustible fósil. Según las previsiones, en 2050 su precio superará en más del doble el nivel de 2005. Europa importa un 84% del crudo del extranjero. En 2010, el coste de la importación de petróleo fue de unos 210.000 millones de euros. Esta dependencia genera enormes problemas medioambientales. El movimiento de personas y mercancías produce un cuarto de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. La mayor parte de ellas, el 71,3%, el transporte por carretera. De aquí a 2050, la UE tendrá que generar un 40% de las emisiones que registró en 1990. Por eso, el Libro Blanco de Transporte de la Comisión Europea plantea eliminar antes de 2050 los vehículos de combustión interna tradicional en las ciudades. Al menos el 40% de los combustibles para la aviación serán hipo-carbónicos y el transporte marítimo reducirá en un 40% sus actuales emisiones. Además, el 50% de los desplazamientos de personas y mercancías para media distancia pasarán de la carretera al ferrocarril y otros medios alternativos, incluyendo la navegación marítima y fluvial.

El debate que hemos tenido estos dos años para planificar de acuerdo con estos objetivos ha sido duro porque algunos abdican de esta visión europea cuando se enfrentan en el corto plazo con sus electores. Tal es el caso, entre otros Estados miembros, de Rumania, Italia, algunos países bálticos y de España. Este último, además, en las partidas consignadas en sus presupuestos anuales para las obras que costaron la vida a Inaxio Uria Mendizabal ha introducido recortes que no afectan, en absoluto, a otras obras que carecen de este nivel de prioridad europea. Una actitud coherente con las enmiendas que PP y PSOE presentaron durante la tramitación de los TEN-T en el Parlamento Europeo, afortunadamente derrotadas, que se acordaban hasta del célebre aeropuerto sin aviones de Castellón.

Por todas estas razones, el trabajo que desarrollaba Inaxio Uria Mendizabal cuando fue asesinado no era ni extravagancia, ni capricho, ni cabezonería. Era la expresión del compromiso de un país con un proyecto europeo amenazado por ETA que se puso en marcha definitivamente gracias al acuerdo alcanzado por el Gobierno Ibarretxe para poder ejecutar parte de las obras supliendo la inacción de ADIF. En estas naderías andaba ocupado el industrial de Azpeitia cuando fue asesinado por un aguerrido y heroico criminal que vació el cargador de su pistola sobre una persona tan comprometida con la modernidad, el empleo y el bienestar de la sociedad en que vivía como indefensa. Humana y éticamente, el acto resulta incalificable y solo consiguió añadir dolor y desesperanza a una sociedad que lleva décadas clamando por el final de una violencia que afortunadamente parece definitivo. Políticamente retrata la ceguera de sus inspiradores.

Por eso, el pasado 18 de noviembre, día en que se debatió el informe sobre las redes transeuropeas de transporte, recordé el compromiso y sacrificio de Inaxio Uria Mendizabal ante el pleno del Parlamento Europeo. Desgraciadamente, la política europea dista mucho de ser noticia en nuestros medios y tanto la importancia del informe sobre los TEN-T que se aprobaba como del homenaje que se tributó al empresario asesinado en Estrasburgo pasaron más desapercibidos de lo que merecían. Por eso, hoy, cinco años después de aquel crimen, me parece obligatorio insistir en ese homenaje, expresar mi pública admiración a él y los suyos, recordar el alcance del compromiso humano y profesional que costó la vida a Inaxio y sumarme, aunque sea desde la distancia, a los actos con que van a recordarle su familia y paisanos.