La imagen más triste de la crisis es el cierre de empresas, y con ello el aumento del número de personas paradas. El cierre de Fagor Electrodomésticos tiene, además, otra imagen: la caída de una cooperativa y con ella la puesta en duda del modelo cooperativo.
El cierre de Fagor Electrodomésticos ha llenado de preocupación, tristeza, rabia y protesta a todos los trabajadores y trabajadoras de un territorio de Euskadi donde se ha vivido por, para y del cooperativismo.
Pero los que peinamos canas, o ya no tenemos ningún pelo que peinar, podemos y debemos enviar, modestamente, un mensaje de esperanza, pues ¡torres más altas han caído¡ Y es que esta situación, estas escenas, me han hecho recordar aquellas que se vivieron en la margen izquierda de la ría, cuando se fueron cerrando Altos Hornos de Vizcaya, en primer lugar, y luego el resto de grande empresas dedicadas a la construcción de barcos, la fabricación de equipos, etc.
Fueron años muy duros y se superaron, y la crisis actual se superará. Ese es mi mensaje de esperanza. Ahora bien, se necesitará de instituciones públicas y entidades privadas responsables, de políticos que superen las pelas partidistas y trabajen por el bien común, de buenos empresarios y de personas con ideas claras como lo fue D. José María Arizmendiarrieta, artífice de todo el movimiento cooperativo.
Y lo más importante es que este mensaje de esperanza tiene un fundamento, ya que la recuperación, la salida de esta crisis, la va a tener que hacer una nueva generación de hombres y mujeres de este país. Una nueva generación que es la mejor preparada de la historia, y esto da muchas esperanzas. Solo hace falta que se les dé la oportunidad de hacerlo y que se les deje ser protagonistas de esa nueva vida que siempre nace después de todas las crisis. Aurrera, porque .... Torres más altas han caído.
Ismael Arnaiz Markaida