Españolear era el título de una canción que puso en boga el cantante Luis Lucena a finales de los años 60. El ministro Wert no ha sido, pues, nada original al querer españolizar por encima de todo a la comunidad educativa. El verdadero catecismo franquista, así como los libros escolares, ya apuntaban que "España, tu patria, está dotada por la naturaleza de todo lo que se requiere para ser una nación grande y libre". Al señor Wert, seguramente, le gustaría volver a aquellos tiempos "gloriosos". El euskera o el catalán, y en otra medida el galego, fueron lenguas prohibidas. Por tanto, nada nuevo bajo el sol para estas tres comunidades. El contenido de los manuales escolares en el franquismo o en el principio de la Transición prestaban una dimensión política oculta e incomprensible en un aparente e inocente libro de texto. La Lomce inspirada por Wert nos vuelve a otros tiempos y solamente por un tris se libra de aquella época en la que los libros educativos instaban a "alzar los brazos del pueblo español". El ministro Wert, con su nuevo cuño, ha logrado, además de crispar a la comunidad educativa, que estudiantes, profesores y padres se pongan de acuerdo para reclamar la suspensión de un dirigismo cultural que el ministro quiere imponer a toda costa. Uno no sabe si realmente el ministro de Educación ha actuado como un gran provocador a fin de calibrar la medida de esta pretendida españolización territorial, o quizás, ¿es que "españolear", o el adoctrinamiento español podría ser muy rentable en las urnas? A lo mejor es que ¿"españoleando" el alumnado podría tener todo solucionado? De cualquier manera, la marca España ya no vende y el ministro lo sabe. ETB, en su primer canal, emite el programa Kontrako eztarria, en el que cuatro personajes ejecutan, junto a un monitor, pasos de gimnasia aeróbica, conocido por la audiencia como "Gerri Wert" (Welt)? ¡Ayyy! siempre Wert. ¿Qué habremos hecho?
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