Motivos para la prudencia
Una visión desestacionalizada de los datos del paro cuestiona la supuesta recuperación y una visión general de la economía muestra el descenso de la renta familiar y en el consumo y las dificultades de financiación e inversión para las empresas
LA pretensión de interpretar los datos de paro registrado facilitados ayer por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social como un síntoma de recuperación económica carece igualmente de fundamento en el caso de la Comunidad Autónoma Vasca, donde el número de desempleados ha crecido en 1.514 en agosto hasta los 173.107, como en el cómputo del Estado, donde se ha producido una insignificante reducción de 31 parados y el global asciende a 4.698.783 inscritos en el Instituto de Empleo, lo que mantiene el número total de parados muy por encima de los 5,5 millones. Utilizar el optimismo como base de dicho análisis, como al parecer se intenta desde el Gobierno que preside Mariano Rajoy en virtud de una pretendida serie histórica que ignora situaciones globales muy dispares, solo se puede entender desde una visión cortoplacista de los rendimientos políticos y ante la acuciante necesidad de ofrecer noticias positivas ante el cúmulo de escándalos y desastres que afectan tanto al Partido Popular como a las principales instituciones del Estado. Una interpretación ajustada de los datos debería llevar, por el contrario, a la prudencia. No solo porque el número de afiliados a la Seguridad Social ha descendido (-99.069) en el Estado -568.290 (-3,3%) menos que en agosto de 2012, treinta mil menos en la CAV- sino porque el desempleo ha ascendido en sectores clave de la recuperación económica como servicios e industria y especialmente por el excesivo incremento de los contratos temporales a tiempo parcial (+33%) y el hecho de que únicamente 62.454 de los más de un millón de contratos firmados tienen el carácter de indefinidos. Cierto es que la zona euro parece haber abandonado la recesión en virtud de inesperados y repentinos crecimientos del PIB en Alemania y Francia, que pueden actuar como tractores, especialmente en el caso de la economía vasca por cuanto son tradicionalmente sus principales mercados, pero no lo es menos que una visión desestacionalizada de los datos elimina la supuesta reducción del paro, que nadie apuesta por un crecimiento del PIB similar en el Estado -necesitaría el doble para crear verdaderamente empleo- y que una visión general de la economía confirma un horizonte en el que se mantiene el descenso de la renta familiar y su brutal incidencia en el consumo y las dificultades de financiación para las empresas y su afección a las posibilidades de inversión.