EL presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se reincorpora hoy a su despacho en La Moncloa tras unos días de descanso en Pontevedra, un retiro rural desde el que ha seguido la actualidad en un mes que no ha sido precisamente favorable. Mención aparte merece el paseo que realizó con algunos de los cargos de su Gobierno el pasado viernes, al que invitó a los periodistas para luego decirles que no admitía preguntas, en esa más que lamentable línea de falta de trasparencia en la que se ha movido en los últimos meses. Pero lo cierto es que pronto tendrá que poner al día su agenda y aclarar algunos de los temas que preocupan a los ciudadanos cansados ya de tanto silencio y falta de respuesta. Temas que van desde el escándalo del caso Bárcenas, en el que tratan de pasar página sin que salpique demasiado al actual Gobierno del PP, a esclarecer si la seguridad en las líneas de Alta Velocidad está o no garantizada. Entre sus primeras tareas debe aclarar qué va a pasar este otoño con las pretensiones de Europa y el FMI del recorte de salarios de un 10% como medida para luchar contra el paro, o la gran reforma de las pensiones previstas para este trimestre. El curso político se inicia en un clima económico complejo, con algún síntoma positivo en la macroeconomía, pero con el negro lastre del desempleo que parece insuperable y envuelto por el caso Bárcenas. Porque en este último escándalo Rajoy todavía debe responder sobre la falta de veracidad en algunas de las afirmaciones que vertió en su comparecencia del 1 de agosto como quedó de manifiesto días después. Y es que con independencia de lo que resuelvan los tribunales, Rajoy está obligado a decir la verdad y a rendir cuentas ante su partido, su Gobierno y ante la sociedad. Entre tantos frentes abiertos, y con Gibraltar como cortina de humo, lo que los ciudadanos esperan es que el Gobierno sea capaz de gestionar por fin una salida a la crisis, en la que los ejes prioritarios no sean la reducción salarial ni la pérdida de derechos laborales sino la apuesta real por la creación de empleo. El ministro De Guindos se empeña otra vez en hablar de brotes verdes cuando la sociedad solo ve nubarrones. Con el nuevo curso por delante es tiempo ya de plantear medidas concretas que reduzcan de verdad las tristes estadísticas del drama del desempleo.
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