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El PP, sin salida

Las declaraciones de Arenas, Cascos y, sobre todo, María Dolores de Cospedal por el 'caso Bárcenas' mantienen las sospechas sobre la financiación ilegal del partido y colocan a Rajoy al borde del abismo político, pillado de nuevo ante más mentiras

EL paso ante el juez Pablo Ruz de los ex secretarios generales del Partido Popular Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos y de la actual responsable en el cargo, María Dolores de Cospedal, lejos de despejar dudas sobre la presunta financiación ilegal, el cobro de sobresueldos y el caos organizativo y contable en la formación popular, han estrechado el cerco sobre el líder y presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Sobre todo, tras ser directamente señalado por su mano derecha en el partido, De Cospedal, como responsable personal del pacto al que llegó con el mismísimo presunto delincuente Luis Bárcenas para que el extesorero recibiera un peculiar finiquito o, en expresión de la secretaria general, "indemnización en diferido" que, en realidad, no era más que una nómina del partido en toda regla. Es decir, que la secretaria general se desliga por completo de ese infame acuerdo con Bárcenas para mantenerle en nómina en el PP pero de forma disimulada cuando ya se conocían sus trapacerías y sus millonarias cuentas en Suiza. Pareciera que la declaración del propio extesorero al juez fuese la norma de uso corriente en el partido: "No me gusta que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha". En cualquier caso, el torpedo lanzado por María Dolores de Cospedal a Rajoy ha terminado por desenterrar el hacha de guerra en Génova. Los cuchillos se han ido afilando en la sede popular desde que estalló el caso Bárcenas y están a punto de desenfundarse en forma de un golpe de timón en el partido gubernamental cuyo desencadenamiento deberá tener también consecuencias en el gabinete español. Los hechos surgidos del caso Bárcenas han terminado derivando en una situación insostenible para un Mariano Rajoy pillado en evidentes mentiras. Los papeles del extesorero están colocado al PP ante la opinión pública sin otra posibilidad de vuelta atrás que la asunción de responsabilidades políticas, tanto por los hechos en sí como por los burdos intentos de falsear la realidad para encubrirlos. Y eso que aún falta saber cuál era el origen de esas decenas de millones de euros y por qué llegaban tales cantidades a Génova, aunque es una realidad que muchos de esos donantes eran luego beneficiarios de jugosas adjudicaciones en administraciones bajo control del PP.