Una vez celebradas las elecciones del 21-O, con los buenos resultados obtenidos por los partidos abertzales, me he tomado la libertad de elaborar mi ideal de Gobierno vasco, en base a los resultados de ambos partidos.
El PNV obtuvo 27 escaños y el 34,64% de votos y EHBildu, 21 escaños y el 25% de votos. Me voy a basar en los votos obtenidos, que multiplicados por dos, dan redondeando (34,64%) 7 consejerías para el PNV y (25%) dan 5 consejerías para EHBildu. Esta sería mi solución ideal de simple abertzale, en proporción a sus votos.
Por ello, el lendakari debiera ser Urkullu. La vicelendakari debiera ser Mintegi. Además deberían contar con seis consejerías más para el PNV y cuatro más para EHBildu. Todo ello en aras de guardar un equilibrio en número de consejeros. A su vez, estas consejerías debieran de constituirse de forma que en todas ellas hubiera participación y, sobre todo, control de ambos partidos con alternancia en números pares para uno e impares para el otro. De modo que la Consejería que toque al PNV, su titular sería de ese partido y los números impares al menos unos cuantos y los pares de EHBildu y viceversa en las que correspondan a esta coalición.
No voy a ir más lejos en cuanto a nombres ideales en las distintas consejerías y tampoco en cuáles de ellas debieran corresponder a cada partido. La lógica sería que, como progresistas que dicen ser unos, se debieran hacerse cargo de aspectos más sociales, Trabajo, Industria, Economía tal vez, etc., y los otros a responsabilizarse más en Hacienda, Sanidad, Cultura y Educación, Interior, etc. Y ambos a lograr la burujabetza, pero ya.
Mis intenciones nacionalistas solo son orientativas para un acercamiento entre abertzales, por lo que no me olvido de exportación e importación, de Relaciones Exteriores (nuestras eusko-etxeas), etc. Nuestro pueblo no puede perder más tiempo en problemas internos de cada partido. Orain, lenengo aberria, eta gero alderdiak.