Si pusiese vuestros nombres, seguro que aún empleando toda la sección dejaría en el olvido a alguno, ya que sin vosotros Aingeru no habría podido salir adelante. Por tanto, solo hablaré de vuestra profesionalidad, respeto por nuestro dolor, cariño hacia nuestro Aingeru y hacia nosotros, vuestra alegría sincera en los avances y tristeza en los retrocesos.
Durante cerca de un año os hemos sentido cercanos viviendo junto a nosotros el día a día. Gracias de todo corazón y toda nuestra admiración por el trabajo y la entrega que realizáis a todos los niños.
Nunca os olvidaremos.