Hubo un tiempo en el que las televisiones locales iluminaron las oscuras madrugadas de Bizkaia. Alegría y desenfreno. Toma, toma, dale, dale, ah, ah. Dicen los amigos que las veían que ha vuelto la oscuridad y que la tele ya no es lo que era, por mucho que se empeñe el personal de la teletienda. Se están perdiendo las buenas costumbres. Definitivamente. Ya no hay que recurrir a las locales para ver dibujos animados. Basta con las renovaciones del Athletic. Si, con la que está cayendo, es verdad que Fernando Llorente pide cinco millones al año netos (de los de llevar a casa) por renovar, no hay peli porno que lo supere. Y tan pornográfico es el que recibe como el que da, aunque dé cuatro y medio, cuatro o tres. No son horas.
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