Parece que fue ayer cuando el señor Patxi López ocupó Ajuria Enea, pero han pasado ya la friolera de tres años y no podemos olvidar una serie de momentos claves y significativos para la historia de este pueblo.

Parece que fue ayer cuando Patxi López anunció antes del día electoral por activa, pasiva y perifrástica que no iba a sucumbir a los escarceos amorosos del PP. Le faltaron unos minutos para dejarse caer en sus brazos con la dormidera del cambio y la transformación para Euskadi.

Parece que fue ayer cuando fueron colocando y ubicando en puestos claves de la Administración pública a personas fieles a sus intereses, sin fijar y determinar la excelencia de los currículum, de manera que con el paso del tiempo hemos ido viendo desfilar con dimisiones y ceses un crecido número de fieles.

Parece que fue ayer cuando se firmó aquel contrato entre PSE y PP que ambicionaba cambios en EITB, el mapa del tiempo, en las redacciones de los informativos, en la apuestas nítidas por no promocionar y apostar por el avance y progreso del euskera.

Parece que fue ayer cuando se dispuso que el señor lehendakari aprendiese euskera por el medio y por los recursos más idóneos y hoy es el día que, a pesar del gasto inmenso, la evaluación no ha alcanzado la suficiencia.

Parece que fue ayer cuando desplazaron al lehendakari Ibarretxe a pesar de haber ganado con escaños y número de votos y es hoy cuando ha seguido siendo EAJ/PNV quien ha sacado y obtenido transferencias de Madrid a pesar de estar en la oposición.

Parece que fue ayer cuando ETA declaró el fin de la violencia mientras el lehendakari viajaba en un tren por las líneas ferroviarias de EE.UU. y es hoy el día cuando se presenta como el líder y paladín del fin de la violencia terrorista.

Parece que fue ayer cuando la crisis penetró en la economía de Euskadi y sigue siendo hoy cuando el señor Patxi López sigue sin dar muchas respuestas válidas al modelo Euskadi que el anterior gobierno había protagonizado.

Parece que fue ayer y por eso conviene recordar que ante la nueva sorpresa de la fecha electoral que guarda celosamente bajo siete llaves el señor lehendakari Patxi López, debemos hacer memoria y tomar posiciones electorales para que no nos vuelvan a caer de nuevo otros cuatro años en los que Euskadi pueda llegar a perder incluso su nombre.