Hoy es un gran día para alegrarse profundamente. Bakean. Usted, señor Patxi López, sabrá muy bien el significado de esta palabra, sobre todo, en estos momentos que desde que regenta el cargo de lehendakari de todos los vascos está haciendo un gran esfuerzo por nuestra lengua, el euskera...
Me alegra, pero a la vez me entristezco al ver cómo ha cometido usted, como lehendakari de este pueblo, el fallo más grande de la historia de Euskadi, este momento tan importante como es la consecución del abandono de las armas por parte de ETA. Usted no tiene perdón, se le ha vuelto a pillar en fuera de juego. Da la impresión que le importa un comino lo que pasa en Euskadi.
¿Cómo se le puede perdonar el que estuviera a 6.000 kilómetros de distancia y no estuviera presente en el momento más importante y necesario de nuestro pueblo? ¿A caso tiene usted, con todos mis respetos, respuesta para ello? Yo, como ciudadano de Euskadi, sí la tengo. Recomiendo su dimisión. Es un fallo imperdonable. Qué bien se estaba por esa gira en Nueva York, pero hay una cosa, nuestra raíz nos enseña en esta vida cómo levantar un País. Lan egin eta lan egin (trabajar y trabajar).
No estaría nada mal que reconociera y felicitara usted como lehendakari a todas esas personas que han trabajado en la sombra para llegar a este puerto. Aunque dudo mucho de que lo haga.
Agradecimientos a todas esas personas que en la oscuridad han sabido cocinar un trabajo tan complicado?
Ya por finalizar, decir por fin que se consiguió. Una palabra, bakea.
Gora Euskadi askatuta.