Lo mejor para el Athletic
Lo relevante no es si la imputación de García Macua perjudica su aspiración de ser reelegido, sino si perjudica al club al reproducir una división social que parecía superada y que dificultaría la gestión sea quien sea el presidente que elijan los socios
EL auto 501/11 emitido por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Bizkaia que revoca el sobreseimiento provisional dictado por el Juzgado de Instrucción nº 6 de Bilbao e imputa un delito contra la Hacienda Pública de Bizkaia a Jabyer Fernández y Fernando García Macua por impagos del IVA dentro del denominado caso Iurbenor, auto ante el que no cabe recurso ordinario, supone una inoportuna irrupción en la campaña de las elecciones a la presidencia del Athletic que, en primer lugar, no beneficia ni al proceso electoral ni al propio club a pesar de que la imputación de García Macua, último presidente y actual candidato, es totalmente ajena a Ibaigane. Desde esta consideración y con la imprescindible observancia del derecho a la presunción de inocencia de los imputados, por cuanto el supuesto delito no ha sido aún juzgado, cabe apuntar sin embargo que Fernando García Macua conocía hace tiempo la posibilidad de que el dictamen judicial se produjera en los primeros días de este mes pese a lo que, en virtud de la potestad que le otorgaba la presidencia del Athletic y a un meticuloso cálculo de los tiempos electorales, decidió convocar las elecciones para el próximo jueves 7 de julio. No cabe por tanto intuir, como parece que pretenden las declaraciones realizadas ayer por el propio García Macua, que otros intereses relacionados con el Athletic afecten a la emisión del auto siete días antes de la jornada electoral. Insistir en ese sentido, es decir, tratar de desprestigiar al rival dejando entrever una posible relación con la fecha del dictamen judicial supondría idéntico despropósito al de intentar aprovechar la imputación para desacreditar al candidato imputado. Dicho esto, Fernando García Macua habrá valorado hasta qué punto la acusación de un presunto delito fiscal afecta a su perfil de gestor, su candidatura y a sus posibilidades de reelección pero, especialmente, cómo podría afectar a su labor al frente de la entidad rojiblanca si de diera el caso de que ganase las elecciones y desgraciadamente fuese condenado a un delito penado con de uno a cuatro años de prisión. Porque lo relevante no es si la imputación perjudica a García Macua en su aspiración a seguir presidiendo el Athletic, sino si puede llegar a perjudicar al club. Y en ese sentido, la presencia de la mayor parte de su plancha en la comparecencia pública para valorar una coyuntura meramente personal, tampoco contribuye a separar la imputación de las elecciones y del Athletic. Es ahora más que nunca cuando tanto García Macua como Josu Urrutia deberán poner especial énfasis en evitar una división de la masa social que cuando parecía totalmente superada. Ayer asomó de nuevo en los foros rojiblancos y podría hacer peligrar la estabilidad del club al poner en cuestión la labor del presidente sea quien sea el elegido por los socios el próximo jueves.