Sociedad y gobierno divergentes
Los resultados de la encuesta sobre el euskera confirman que las medidas y políticas del Ejecutivo contrarían las aspiraciones ciudadanas respecto a la protección y fomento de nuestra lengua y exigen una inmediata rectificación
LA encuesta realizada por el Gabinete de Prospección Sociológica dependiente de Lehendakaritza del Gobierno vasco sobre Euskera: uso, actitudes, políticas no solo refleja claramente la relevancia que la sociedad vasca concede al conocimiento de nuestra lengua y el alto porcentaje de ciudadanos que abogan por un esfuerzo institucional en su protección, fomento y desarrollo de su uso, sino que otorga una de las claves del rechazo que soporta el Gabinete López de modo periódico pero continuo en los sucesivos estudios sociológicos en los que se demanda la opinión ciudadana respecto a la acción del Ejecutivo socialista: la divergencia entre sus políticas y las aspiraciones de la sociedad vasca. Porque aun a pesar de mostrar una mayoritaria aprobación de las medidas para reconocer oficialmente el dominio del euskera a las personas que completen sus estudios en esta lengua, lo que denota la encuesta es una divergencia evidente entre la opiniones de la sociedad y una serie de medidas que el Gobierno López ha venido desarrollando respecto a la lengua oficial y aún minorizada de Euskadi. Así, que siete de cada diez ciudadanos consideren imprescindible que los funcionarios que trabajen de cara al público hablen euskera, contrasta con la rebaja de las exigencias de los perfiles lingüísticos en Osakidetza y la intención de no exigir el PL2 al profesorado en ofertas públicas de empleo de Educación. Que la mitad de los consultados consideren que utilizar el euskera da prestigio y más de la mitad lo consideren como el idioma por excelencia, así como el aumento de su uso, no se corresponde con la congelación en la práctica del decreto que regula la rotulación bilingüe en el comercio ni con el freno a su utilización por la Administración en la relación con el ciudadano como denunció en su momento el Observatorio de Derechos Lingüísticos Behatokia. Y, por poner algunos ejemplos, que el Gobierno limite el estímulo del uso y la normalización del euskera fuera del ámbito escolar, reduzca las subvenciones a los euskaltegis, desoiga las recomendaciones y la preocupación por la afección al euskera del trilingüismo o trate de potenciar el modelo A ahora a través de un nuevo sistema de matriculaciones que en la práctica reduce el número de alumnos mínimo para implantarlo, se antoja un contrasentido si se comprueba que siete de cada diez vascos se muestra partidario de tomar medidas políticas para salvaguardar el euskera y el 64% considera "imprescindible" gastar dinero público en la promoción de la lengua vasca. Si a todo ello se añaden otras decisiones políticas, como el nombramiento para el Consejo del Euskera, tras meses de paralización del mismo, de personas cuya reconocida trayectoria no ha sido precisamente de apoyo a nuestra lengua; no cabe duda de que, también en relación al euskera, Euskadi y su actual Gobierno caminan por caminos divergentes.