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Nueva alerta terrorista

El hallazgo de paquetes con material explosivo en dos aviones con destino EE.UU. en supuestos intentos de atentado atribuidos a Al Qaeda ha vuelto a desatar la alarma internacional, máxime cuando la amenaza parece real y creíble

EL hallazgo y posterior neutralización en los aeropuertos de Reino Unido y Dubai de sendos paquetes que contenían material explosivo en aviones que tenían como destino los Estados Unidos ha vuelto a sembrar la inquietud y ha generado las consiguientes activaciones de alerta por ataque terrorista. Las informaciones de que se dispone, proporcionadas por las autoridades tanto norteamericanas como británicas y de Dubai, apuntan, de ser ciertas, a una amenaza real y creíble de un atentado con explosivos cuyo objetivo bien podría ser derribar aviones en pleno vuelo. Sin ir más lejos, la ministra británica del Interior, Theresa May, dejó claro ayer que el paquete interceptado el viernes en un avión con destino a Chicago contenía material preparado para hacer explosión y "podría haber derribado una aeronave". La bomba estaba oculta en el cartucho de tinta que contenía una impresora, al igual que el interceptado en Dubai y que estaba preparado, según la policía del país árabe, "con mucha profesionalidad: un circuito cerrado conectado a una tarjeta SIM escondida en el interior del cartucho". La sofisticación del ataque, el tipo de explosivo empleado, las formas, el destino... todo apunta, según coinciden en señalar las autoridades tanto de Dubai como de EE.UU., a los métodos de Al Quaeda. No en vano el cartucho contenía trinitrato de pentaeritritol (PENT), el mismo explosivo empleado en el frustrado ataque terrorista de hace casi un año en el que se intentó hacer estallar en pleno vuelo un avión con destino Detroit. Nos encontramos, por tanto, ante un nuevo intento de atentado terrorista indiscriminado ideado para lograr la mayor repercusión internacional posible, uno más de los sellos de Al Quaeda. La cercanía de las elecciones legislativas y a gobernador que se celebran este martes en Estados Unidos, y en las que el presidente Barack Obama se juega el control de la cámara y con ello muchas de sus políticas, abona también esta hipótesis. También apunta hacia la misma autoría el propio destino de los paquetes, comunidades judías de los Estados Unidos. No hay duda de que Al Qaeda o cualquier organización terrorista de similares características sigue y seguirá intentando con todos los medios a su alcance llevar a cabo atentados de repercusión global tanto en Estados Unidos como en Europa. Y es obligación de las autoridades intensificar las labores de prevención para garantizar la seguridad, sin que ello suponga menoscabo alguno de los derechos de los ciudadanos. Por ello, los países deben extremar las medidas, pero no deben en ningún caso aprovechar estos actos para sus propios intereses políticos, una tentación que no siempre se ha evitado, y menos en EE.UU. La amenaza es demasiado seria como para caer en su utilización política.