El pasado año, oficialmente, fueron 105.000 las personas (90.000-100.000, en 2008) que se acercaron a Gernika-Lumo en un soleado Último Lunes de octubre. Hubo, como en años anteriores, concurso en el apartado de hortalizas (premio para la baserritarra de Urduliz Adela Andikoetxea); en frutas (José Etxebarria, de Gatika); en miel-milflores (Igor Merino, de Barakaldo); en miel-brezo (Javier Larrinaga, de Kortezubi); en txakoli blanco (Etxebarria, de Gatika); en txakoli Ojo de Gallo (Sasikoetxe, de Larrabetzu) y en txakoli tinto (Zabala, de Bakio),
La subasta de la media pieza del queso ganador (Mausitxa de Elgoibar) del concurso de Idiazabal alcanzó el máximo histórico, al elevarse la puja hasta los 5.000 euros. Pero que el evento del Urriko Azken Astelehena supere anualmente marcas en la subasta y número de visitantes es algo tradicional. ¿Y este Lunes de 2010? Volveremos al colapso en los accesos, aparcamientos y calles, el completo en los restaurantes y "la jornada más provechosa del año" para la hostelería en general. Para el resto de los gremios y sectores, día festivo.
La masiva asistencia a esta y otras ferias es una muestra de la buena acogida de los productos del baserri. Sin embargo, a lo largo del año esa conexión comercial directa entre el colectivo productor y la población consumidora no tiene una continuidad salvo casos puntuales, como los mercados semanales. Mientras esta relación no se potencie, estos eventos acabarán siendo algo folclórico y lúdico-festivo.
Porque la realidad y la situación a la que volveremos el martes es aquella que desde diversos estamentos se está propiciando, que la gran distribución acapare y sea hegemónica y omnipotente en la venta de alimentos. Los mercados locales que logran mantenerse con una periodicidad semanal son cada vez menos y más marginales, pues no cuentan muchas veces con el apoyo público necesario. La organización, las autoridades y entidades colaboradoras debieran esforzarse en mejorar también estos aspectos, tanto de las ferias, como del mercado tradicional semanal.