Cuando el 6 de abril de 1995 quedó formalizado el Pacto de Toledo, el punto once al que hace referencia dicho compromiso dice textualmente: "Mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones". Por lo tanto, en este punto se está incumpliendo dicho pacto, que quedó aprobado dentro del marco constitucional.
En los últimos días, Zapatero en el G20 ha afirmado que a finales de 2013 el déficit público español estará controlado. De lo que se deduce que en el mejor de los casos y hasta el año 2014, los pensionistas no vamos a tener ninguna revalorización en nuestras pensiones contributivas. El IPC seguirá subiendo y las pensiones posiblemente se eternicen en los parámetros del año 2010, cuando es un derecho adquirido su revalorización, tras largos años de cotización al sistema y asegurado en el marco de la Constitución española.
El futuro para el año 2024 es desolador para algunos, otros quizás ya no estaremos por las fechas, pero será en ese momento cuando el sistema de pensiones español comience a hacer crack.
El legado que vamos a dejar a nuestros descendientes es desalentador ya que si quieren disfrutar su famosa tercera edad, deberán contribuir a planes de pensiones totalmente particulares, ya que a partir del año 2040 el cobrar la pensión de la forma habitual será una utopía.
Lo más fácil para el Gobierno central es bajar el sueldo a los funcionarios y congelar el de las clases pasivas. Los primeros tienen sus sindicatos que echarán un pulso al Gobierno con toda clase de presiones; pero los pensionistas no tenemos sindicatos que nos apoyen, ni tampoco partidos políticos mayoritarios que nos respalden. Somos un gran colectivo que no tenemos a quién reclamar nuestros derechos que nos han sido usurpados de la manera más miserable.
El Gobierno de Zapatero está totalmente amortizado; lo mismo ocurre con el actual Gobierno vasco, marioneta en manos del PP y que actualmente no ha hecho ninguna declaración institucional sobre el tema; no se sabe si es que carece de argumentos o está en otra galaxia.