Pude enterarme por la prensa del homenaje que te dedicaron en Sukarrieta con todo merecimiento. Sentí mucho el no poder acompañarte en ese momento entrañable, pero entiendo que no soy nadie significativo para ser invitado por los organizadores del acto. Aún así, creo que te mereces un reconocimiento mucho mayor de toda la gente que te lleva en el corazón, y que sin duda habría querido sumarse al homenaje en ese acto. El marco para realizarlo, un gran acierto.

Me vienen a la memoria aquellos tiempos difíciles, pero emocionantes de la recuperación de los partidos, sindicatos, instituciones... Donde la horas no contaban en el trabajo por la causa, en muchos casos ni la familia a quien teníamos medio abandonada. Ilusionante y gratificante hasta que empezaron a asomar los que querían el poder por encima incluso de los propios ideales del Partido.

Estuve presente en la oficina del Bizkai en Marqués del Puerto cuando el intento de asalto al mismo por los que querían quitarte de en medio, ya que conocían tu integridad y tu patriotismo, y no te ibas a prestar al compadreo fácilmente. Estuve también la famosa noche del 16 de diciembre de 1978 en el batzoki de Durango, en aquella Asamblea que duró desde las 4 de la tarde del sábado hasta las 9 de la mañana del domingo 17. Allí pretendían arrebatarte el cargo pero nuevamente la Asamblea te ratificó en el puesto. Guardo una copia del acta hecha por mí, a mano, de 36 folios donde se recogen los momentos más importantes del debate. Tu magnífica exposición sobre la presencia y actuación de los diputados del PNV en Madrid y de su visita a algunos batzokis en período de elecciones en los mismos. Más tarde, aquellos que perdieron la votación y merced a ayudas externas y a alguna traición consiguieron reemplazarte en aquella nueva Asamblea en Artea, con el lamentable espectáculo que se dio a la ciudadanía.

No he tenido ocasión de encontrarme contigo desde hace muchos años, pero eso no ha hecho que me olvide de ti y de lo que representas para muchos nacionalistas de verdad. Un personaje como tú no merece seguir en el anonimato, y aunque de sobra es conocida tu modestia y el deseo de no aparecer públicamente creo que este país necesita saber las cosas que personajes como tú han hecho por él, dentro y fuera de la política, jugándote tu hacienda, la cárcel y hasta la propia vida en algunos momentos.

Puede decirse que fueron escritos pensando en ti aquellos versos que dicen: "Nire aitaren etxea defendituko dot?".

Agur bero bat, adiskide maitea