Interlobotomía es una televisión que lleva un rótulo impreso en el margen inferior derecho: facha non plus ultra. No todos ven el subtítulo porque se camufla bajo una recua de profesionales rigurosos y sabiondos. La cadena no tiene programas como Sálvame ni como DEC, no tiene reality shows sobre enfermos terminales que se prestan a ser embalsamados en directo, ni espectáculos de mamachichos... pero tiene algo mucho peor, poca vergüenza. El tertuliano del programa El gato al agua de Intereconomía, Eduardo García Serrano, calificó a la consejera de Sanidad de la Generalitat de zorra repugnante, guarra y puerca, ante su iniciativa de poner en marcha una página web de educación sexual que, a juicio de ese comentarista, es una forma de fabricar degenerados. Porque en este canal no buscan alienar a la audiencia, ni pretenden el entretenimiento fácil con Belén Esteban y tres frikis comparseros, aleccionan a sus telespectadores con debates sesudos donde las dos partes opinan lo mismo a golpe de verdades absolutas. Muñeco diabólico y apostólico, el contertulio citado tiene hasta un canal en Youtube donde cuelga sus intervenciones, disparando misiles de bajo alcance. Tacha sin tapujos de maricón al diputado Pedro Zerolo, de maricona vieja al escritor Antonio Gala y carga contra Zapatero por ser reconocida celestina de homosexuales. Pero no le culpen. No es malo, ni deslenguado, ni siquiera oportunista. Fue becario de Jiménez Losantos, y aprendiz de víbora de la caverna mediática.
