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Panem et circenses

Hoy me he levantado como uno de tantos otros días con la sensación de haber soñado el día de ayer. Últimamente me pasa bastante a menudo, no sé si es porque la crisis está haciendo mella en mi subconsciente o porque mi falta de afición futbolera es inmune al abrazo embriagador que produce el Mundial de Sudáfrica.

Claro está que al igual que los romanos, el pan y circo del poeta romano Juvenal, parece empezar a funcionarle al Gobierno Zapatero y por ende a su sucursal en Euzkadi. Ya sólo les falta el pan. Ese pan que hoy no llega a muchas casas.

Y no nos engañemos, Vicente del Bosque tiene más audiencia que el amigo Zapatero y ni qué decir tiene, que Patxi lehendakari.

Pues sí, ahí anda todo el gobierno animando sin desfallecer, y arrancando todo el ardor patrio de nuestros corazones para que la selección española de fútbol siga ganando y aquí no se hable de crisis.

Bueno, uno inauguraba pantanos y otros animan a su equipo.

Y así mientras España gana en Sudáfrica, pierde en solvencia, pierde empleos, pierde productividad (¿más aún?), es lo que tiene ganar las elecciones regalando el dinero que no se tiene.

Estoy pensando en hacer en Facebook (si no existe ya) una plataforma para que el ilustre ZP nos devuelva el dinero que los súbditos del Reino de España le dejamos sin quererlo para que ganara las elecciones (los 400 euros, el cheque bebé etc…).

Si es lo que tiene jugar con el dinero ajeno, que al final pensamos que es nuestro y.., ¡ala!, pasa lo que pasa.

Y no solamente es que me fastidie regalarle dinero involuntariamente a alguien en quien no creo, lo que más me molesta es que Zapatero regala mi regalo involuntario, y además mis futuros hijos y yo mismo pagaremos los intereses de lo que regala. Sinceramente es para replantearse la paternidad.

Pero no pasa nada, hay que mirarle el lado positivo a las cosas, y es que España también es positiva, y mucho: en deuda externa, en gasto público, en deficiencia en gestión.., todo un ejemplo de lo que no hay que hacer.

Y mientras en Euzkadi qué, pues nada, a esperar a que nos pongan el metro a Castro, así Revilla no tendrá que usar el taxi para traerle las anchoas a Patxi. Problema resuelto, y un poquito en este plan, como diría aquél.