Síguenos en redes sociales:

Un plan insostenible

El Gobierno López debe reconsiderar de inmediato el veto al concurso de ideas sobre el Guggenheim Urdaibai, iniciar el diálogo interinstitucional que ha eludido y acompasar proyectos no al interés político sino al de la sociedad a la que representa

LA presentación conjunta por las consejerias de Cultura y Medio Ambiente, que dirigen Blanca Urgell y Pilar Unzalu, del proyecto del Gobierno de Patxi López para "el desarrollo sostenible y la revitalización de Urdaibai", con actuaciones ya planteadas e incluso aprobadas anteriormente pero que no han tenido el pertinente desarrollo por parte del propio Ejecutivo vasco, vuelve a evidenciar la escasa operatividad y falta de liderazgo institucional del gabinete, un preocupante desconocimiento respecto a las responsabilidades que le competen y de la realidad del país o, en su defecto, lo que sería aún más grave: un interés político por penalizar iniciativas ajenas destinadas a zonas en las que los socialistas carecen de implantación, como Urdaibai, y por impedir que instituciones que no lideran, como la Diputación de Bizkaia, ideen y realicen proyectos que contribuyan al desarrollo del territorio y, por extensión, de toda Euskadi. Sólo así se puede entender que el Gobierno López plantee hoy, en forma de alternativa al Guggenheim Urdaibai, culminar las obras de saneamiento de Busturialdea, ya proyectadas y para las que no ha incluido partida presupuestaria alguna en 2010, lo que ha impedido la realización de la parte que le corresponde; el desarrollo del Polígono Industrial de Muxika, para el que tampoco aprobó presupuesto pese al acuerdo al que había llegado con el resto de instituciones implicadas; que reactualice el viejo proyecto de reconversión de la factoría de Astra en Gernika o proponga una bienal de arte y un plan de promoción turística, para cuyos éxitos la ampliación del Guggenheim a Urdaibai sería fundamental, al tiempo que anuncia su veto unilateral en el Patronato de la Fundación Guggenheim Bilbao no ya a la construcción del museo en Sukarrieta sino a la convocatoria de un concurso de ideas como paso previo a la toma de una decisión al respecto. Y que lo haga incluso contra la opinión de quien es su socio preferente y único apoyo parlamentario, el PP, y contraviniendo las opiniones, que hasta la llegada de los socialistas a Lakua eran unánimes y aún ahora son mayoritarias, del propio Patronato. Porque, asimismo, dicho veto político pondría en riesgo no sólo el posible futuro de la ampliación del Guggenheim a Urdaibai y el propio Plan Estratégico 2009-2012 de la pinacoteca bilbaina sino, en consecuencia, incluso comprometería la renovación del convenio con la Fundación Salomon R. Guggenheim de Nueva York, que finaliza en 2014, y una alianza que hasta el momento se ha demostrado exitosa tanto para Bilbao y Bizkaia como para el resto de Euskadi. Si además sus medidas no son contrarias sino complementarias al museo en Urdaibai, el Gobierno López haría bien en reconsiderar una posición insostenible e iniciar el diálogo interinstitucional que ha eludido hasta la fecha anteponiendo sus propios intereses a los de la sociedad a la que dice representar.