Sobre un lehendakari sobreprotegido
Con la sobreprotección mediática a Patxi López se puede hacer una tesis doctoral de manipulación informativa, pese a que cuidar su imagen es la tarea más ardua de un plan preconcebido pero ineficaz: López no remonta por su afán revanchista y su desprecio.
SI hablamos de educación, la sobreprotección es un enfermizo exceso de amor de los padres que proyectan sobre los hijos sus propios trastornos emocionales con consecuencias desastrosas. Y si nos referimos a la sociedad, la sobreprotección mediática es la corrupción absoluta de la verdad informativa puesta al servicio de un gobierno -u otro poder- para salvarle de la crítica democrática y el reproche social mediante la construcción de una falsa percepción pública de la realidad. Es la fusión de información y propaganda; lo que, sin ir más lejos, ocurre hoy en Euskadi.
Es difícil encontrar en nuestra historia reciente un tiempo en que la casi totalidad de los grupos periodísticos apoyen sin fisuras a un gobernante, le alaben la gestión por sistema y le blinden contra las críticas opositoras a base de tergiversar el relato de los hechos. ¿Cómo es esto posible? Con el caso de la sobreprotección mediática a López se puede elaborar una tesis doctoral sobre la manipulación informativa. Éstos son los datos anotados en mi cuaderno de bitácora durante la navegación de los últimos doce meses por el proceloso piélago de los medios de comunicación.
El primer dato es el núcleo estratégico de toda la operación: se considera vital e imprescindible (una prioridad de Estado) el cobijo informativo de López para el sostenimiento de su Gobierno a causa del rechazo que suscita. Y, efectivamente, sin este auxilio de los medios, el lehendakari, su pacto y su partido se diluirían en la desconfianza general. Los medios privados, progresistas y conservadores, y naturalmente las cadenas públicas e EITB, todos juntos, se comprometen a una resistencia numantina contra la realidad y a la transmisión de verdades increíbles sobre este Gobierno. El delirio de esta operación llega a su everest cuando Intereconomía TV, situada en la extrema derecha y en el denuesto de la izquierda, alaba con ardor al socialista y teófobo López.
Los mensajes básicos constituyen el segundo dato del tinglado. Una maniobra de camuflaje político-informativo necesita definir sus mensajes. Y son tres, a cual más mendaz. El primero es la tranquilidad que López aporta a Euskadi frente a la bronca permanente del Gobierno anterior, es decir, un lema redentor que niega la existencia de un conflicto democrático con el Estado y afirma que las disputas ideológicas son intrínsecamente perversas. Es el indigno discurso de la normalidad. El segundo mensaje es el fin de la política identitaria (vasca) que debe ser reemplazada con otro proyecto de identidad constitucional (española). Y el tercer mensaje, realmente atroz, es la denigración absoluta de todo lo realizado por el lehendakari Ibarretxe, de modo que quede justificado el cambio. Con ello no se trata sólo de avalar la operación, sino también de humillar emocionalmente a los electores del PNV, a quienes incluso se niega su amplia victoria electoral. Por eso, desde el principio, los patrocinadores mediáticos de López presentaron a los nacionalistas como perdedores.
¿Cómo se está realizando la sobreprotección de López? Mis datos dicen que la maniobra tiene dos vertientes: la informativa y la de opinión. En el primer ámbito, los medios vienen volcándose en un seguimiento exhaustivo de las agendas de López y sus consejeros, otorgándoles una preferencia superior de la que cabría deducir de su rango como noticias. Sobrevalorar a López, ése es el objetivo. Es un apoyo en la cantidad de información y en la calidad de la misma por su contenido halagador y acrítico, incluso en los asuntos menos defendibles, como el secuestro del Alakrana, encuestas, Concierto Económico, transferencia de políticas de empleo, etc. Se trata de amplificar lo positivo y minimizar los destrozos ocasionados por las penurias de López.
En cuanto a la opinión, los medios se ocupan sobre todo de gestionar la contradictoria alianza PP-PSE a sabiendas de que casi nadie la comprende, lo que da lugar al gran espectáculo de la esquizofrenia: los colaboradores y editorialistas de El País se rinden en halagos al PP en la sección del País Vasco, mientras unas páginas antes se le ataca con saña (véase la entrevista a Antonio Basagoiti en El País Semanal, 9 de mayo). De igual manera, El Mundo maldice sin piedad a los socialistas y el mismo día y en el mismo diario otras firmas honran a López con el incienso. La gente asiste perpleja a este baile de máscaras.
Cuidar la imagen del lehendakari es la empresa más ardua de este plan, porque López es un fiasco como líder y como figura. Es imposible presentar a un López convincente y seguro, ni siquiera afectivamente cercano a la ciudadanía. Así que, desechado este primario propósito, tratan de que al menos no haga el ridículo con sus deméritos, privado de carisma y sin valía para el cargo. Este fracaso provocó el refuerzo del equipo de comunicación de Ajuria Enea, cuyo objetivo central es mejorar la coordinación con los medios en el compromiso común de amparar a López.
Otro dato significativo de esta estrategia protectora es que al mismo tiempo que a López se le envuelve en gasas y le preservan del desgaste en una burbuja informativa, los mismos medios dedican formidables esfuerzos a atacar a los partidos de la oposición, cuyos votantes constituyen la mayoría social. Y así se llega al absurdo democrático y periodístico de que se hable más sobre el papel de un PNV abruptamente desalojado del poder que de la actividad, a veces inexistente, del Gobierno alternativo.
Tengo anotado en mis apuntes estas preguntas: ¿Está siendo eficaz la sobreprotección de López? ¿Está evolucionando la opinión a su favor? Intuitivamente creo que su confianza social seguirá bajo mínimos o empeorará por el aborrecimiento del pacto con el PP, por el insignificante liderazgo de López y por la continuidad de sus ofensas a los nacionalistas. Atención, pues, al Euskobarómetro de mayo. Hasta entonces, me vale un sondeo muy revelador: ETB2 lleva perdidos en menos de un año el 31% de sus espectadores y el 25% en ETB1. Es pertinente el dato porque la mayoría de quienes han huido lo han hecho agraviados por la información y el desmontaje de una valiosa tarea de país. López no remonta porque se percibe en él y sus consejeros, a pesar del camuflaje mediático, un impulso revanchista y un innoble desprecio del aporte histórico de la sociedad nacionalista, "enferma y cruel", en palabras de Rafael Iturriaga, viceconsejero de Interior.
Toda sobreprotección causa estragos. Al propio lehendakari, que cree estar a salvo de las reprobaciones, le va a producir un ensimismamiento como líder político y una mayor distancia con la realidad. Los mimos crean seres abyectos. El afecto no se compra en los periódicos, sino en la práctica de la franqueza y el realismo. Y para los medios implicados es un desastre de credibilidad, por mucho que ahora les salga rentable. Si López, como creo, les va a compensar muy pronto con la supresión de la publicidad en EITB -algo que Alejandro Echevarría, presidente de Telecinco, anticipó en el último consejo de la cadena (El Mundo, 15 de abril)- será tanto a costa de exterminar la honestidad informativa, como de robar la cartera a los ciudadanos vascos.
La estrategia mediática en torno al actual Gobierno vasco es tan oprobiosa que quizás lleguemos a leer este anuncio en El Correo Español: "Patxi López, lehendakari del Gobierno vasco: patrocinado por Vocento".
* Consultor de Comunicación