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Especular con la crisis

El aumento de los ERE en el mes de enero y del nivel de morosidad, unidos al conocido crecimiento del desempleo, relativizan el final técnico de la recesión y convierten los anuncios del principio del fin de la crisis en una irresponsabilidad

TÉCNICAMENTE la recesión en Euskadi se acabó en el último trimestre del pasado año por dos décimas, ese +0,2% de crecimiento del PIB que se dio a conocer el pasado 12 de febrero y que permitió a Patxi López hablar del principio del fin de la crisis. Técnicamente. Según los datos del Departamento de Empleo que dirige Gemma Zabaleta, es decir, del propio Gobierno López, el pasado enero -al mes siguiente del trimestre en que habría finalizado la recesión- el número de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en la Comunidad Autónoma Vasca había crecido un 8% respecto al mismo mes de 2009, en el que se había situado en teoría el pico principal de la crisis. Son 3.994 trabajadores más afectados por la regulación, pese a que entonces y contra toda la lógica histórica algún responsable público adelantó que se esperaba una reducción del número de expedientes en el inicio del año. Hay que sumar, además, el crecimiento del desempleo en el mismo periodo: 7.486 parados que elevan el número en la CAV a 135.687 a final del mes pasado. Es decir, justo inmediatamente después de la salida técnica de la recesión, 11.480 familias vascas han visto cómo uno de sus miembros pierde el empleo o se encuentra afectado por una regulación. Si a eso se añade que el Departamento de Zabaleta excluyó, de modo interesado, el incremento de los expedientes en diciembre (50% más que el año anterior) al anunciar en enero que la mitad de los trabajadores afectados por ERE durante 2009 habían vuelto a trabajar, todos los datos, con la excepción de ese mínimo crecimiento del PIB, desaconsejaban ya el falso optimismo que se intentaba insuflar y situaban la realidad mucho más cercana a la enorme cautela mostrada por el presidente y el secretario general de Confebask, Miguel Lazpiur y José Guillermo Zubía. Posiblemente y también en esto, Patxi López trataba de seguir el diktat de José Luis Rodríguez Zapatero, o de sus asesores y estrategas, pese a la patente ineficacia de los intentos del presidente español por mejorar la imagen de sus políticas económicas y en consecuencia de su gobierno. Zapatero, en diciembre de 2008, ya anunció en el Congreso que "España va a crear empleo de forma muy estimable en marzo o abril" y precisamente ese mes, ante la imposibilidad de confirmar sus palabras de diciembre, aseguró que "lo peor de la crisis ha pasado ya". De eso hace más de medio año y la situación no ha mejorado un ápice. Valga de ejemplo que la morosidad -resultante de los problemas económicos de familias y empresas- ha aumentado un 5% en el Estado (ya suma más de 93.000 millones de euros) y un 3% en Euskadi, llegando a niveles desconocidos desde 1996. Uno y otro parecen empeñados en especular con el fin de la crisis en base a datos macroeconómicos fáciles de cocinar en la antesala de un gobierno. Y eso, en la actual situación social, es algo más que una irresponsabilidad.