El interés de la fusión
La creación de una gran caja vasca puede ser tan necesaria ahora como en 2005 y 2007, cuando PSE y PP la impidieron, pero ello no oculta que la repentina defensa de la misma por Gregorio Rojo busca una rentabilidad política
LA encendida defensa de la fusión de las cajas de ahorro vascas que el presidente de Caja Vital Kutxa, Gregorio Rojo, realiza en un artículo de opinión que reproducimos en su integridad en las páginas de Economía, no deja de ser una sorpresa relativa. El propio Rojo fue, junto a Xabier de Irala y Carlos Etxepare, por entonces presidentes de BBK y Kutxa, uno de los impulsores de lo que se consideró después el primer proceso fallido de las cajas vascas en 2005. Que Rojo, cuatro años después, retome aquella idea no debería ser, por tanto, sorprendente. Sin embargo, sí lo es el momento elegido así como los razonamientos que el presidente de la caja alavesa esgrime en defensa de esa fusión. Por varios motivos. En primer lugar, Gregorio Rojo es miembro del PSE, partido que junto al PP -quien gobernaba la Diputación de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz gracias el apoyo socialista ordenado por Rodríguez Zapatero- paralizó por meros cálculos políticos y electorales la participación de Caja Vital Kutxa en aquel primer proceso, que contaba con el apoyo del PNV y del anterior Gobierno vasco. Curiosamente, es ahora, con el PSE en el Ejecutivo de Lakua gracias al apoyo del PP, cuando Rojo recupera la idea de la fusión afirmando, además, que "es la política la que debe estar al servicio del desarrollo económico y social del país y no al revés", palabras que no pronunció cuando el impulso de Emilio Guevara en el PSE alavés acabó por echar por tierra aquel intento. En segundo lugar, fue el propio Gregorio Rojo quien dio marcha atrás, también por la negativa del PSE, en el segundo proceso de fusión, esbozado en 2007, y quien calificó en setiembre de 2008 de "irresponsabilidad" el intento de fusión a dos de BBK y Kutxa que resultó de aquel fracaso y al que también se opusieron tanto populares como socialistas. Más aún, Rojo llegó a descartar rotundamente la posibilidad sumarse posteriormente a esa fusión, que dejaba una puerta abierta a un futuro enganche de Vital Kutxa. Ahora, el presidente de la caja alavesa afirma por el contrario que "no alcanzo a comprender la apatía y la aparente desidia a la hora de poner en marcha, con valentía" la fusión de las tres cajas vascas que el PSE, ya en agosto de 2008 y por boca de Rodolfo Ares, por entonces secretario de Coordinación y Organización y número dos de los socialistas vascos; condicionó a las elecciones autonómicas del último marzo. Y en tercer lugar, el señor Rojo reaviva la posibilidad de la fusión de las cajas exactamente dos meses después de que el actual presidente de la BBK, Mario Fernández, afirmara que "en estos momentos, no toca". Que la fusión de las cajas pueda ser tan necesaria como en 2005 y en 2007, no impide adivinar que detrás de una defensa tan notoria de la operación como la de Gregorio Rojo no se encuentra precisamente, o únicamente, el desarrollo económico y social el país, sino un fuerte interés político en momentos de zozobra socialista.