MUCHOS recordamos a quienes fueron durante nuestra infancia unos de nuestros más fieles compañeros de mesilla, proporcionándonos numerosas situaciones disparatadas que mantenían nuestra risa: Los agentes de la TIA. Me refiero a esos maravillosos personajes de Francisco Ibáñez que encarnaban a los antihéroes por definición: Mortadelo y Filemón.
El caso del Alakrana está siendo un claro ejemplo de gestión desastrosamente desnortada al estilo de la TIA. Está claro quién es el Super, el famoso superintendente Vicente. El presidente Zapatero con su ingestión, con su actuación a destiempo, sólo ha conseguido inquietar aún más a quienes tiene la obligación y el mandato de proteger.
Salvando las distancias, yo diría que la señora Chacón es el Mortadelo de este episodio. La cuestión es que la señora Chacón nos está dejando a todos asombrados con su gestión de chiringuito. Ahora le ha dado por filosofar sobre las causas de la piratería índica y por proponer a la comunidad internacional el bloqueo de las bases piratas y la modificación de la legislación internacional en relación con los actos de mediación en casos de piratería. El hecho, señora Chacón, es que hay 36 arrantzales que están secuestrados desde hace casi 50 días, y que su gestión chapucera es más que responsable de que estos hombres no estén ya liberados, en sus casas y con sus familias.
Filemón Pi era jefe de Mortadelo, era tan chapucero y desastroso como él. En este caso, y aunque en la realidad los papeles estén cambiados, Filemón parece encarnado por José Julio Rodríguez, jefe de Estado Mayor de la Defensa. La operación militar de captura de los dos somalíes se efectuó bajo su mandato.
La vicepresidenta primera del Gobierno parece empeñada en asumir el papel de profesor Bacterio. Sus comparecencias desdiciendo a la ministra Chacón no muestran un gran feeling con ésta. También está aquella afirmación suya de que "el riesgo forma parte del trabajo de los arrantzales".Tengan cuidado, por tanto, señora Chacón y señores Zapatero y Rodríguez, con los inventos que les proponga la señora De la Vega, pueden ser letales para ustedes mismos.
Esto podría tener mucha gracia si no viniera a cuento de que 36 arrantzales están sufriendo un secuestro en Somalia y que su situación debe ser ya desesperada. Y mientras tanto, los demás pagamos impuestos para que nuestros problemas los resuelva, o mejor dicho los revuelva la TIA.
Aitor Zulueta
Bermeo