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Empecinamiento en la "vía española"

Un representante francés aseguró ayer en el Parlamento Europeo que 60 militares serían suficientes para garantizar la seguridad de toda la flotilla atunera de la UE en el Índico; España sigue enrocada en las "limitaciones legislativas".

LA Comisión de Pesca del Parlamento Europeo abordó ayer la situación de los atuneros que faenan en el Índico. No hubo novedad en las posturas que vienen defendiendo los diferentes grupos políticos. Los socialistas españoles insistieron en que la seguridad privada es la solución idónea para hacer frente a los piratas, mientras que el PNV y los populares remarcaron la necesidad de embarcar militares para afrontar con garantías la complicada situación que se vive en aquellas aguas. La vía española puesta en práctica hasta el momento ha demostrado su ineficacia para evitar los secuestros (el largo cautiverio del Alakrana es la triste prueba de ello) y está por ver si su nueva variante, la de los guardas privados con armas largas, ofrece mejores resultados. Esta política del Gobierno español de ir probando una fórmula tras otra crea la sensación de un peligroso juego de la ruleta rusa. Máxime cuando existe ya una estrategia de seguridad probada por el Estado francés y que ha arrojado unos resultados satisfactorios. Así lo ponía de manifiesto ayer en el Parlamento Europeo el director de la organización pesquera gala Orthongel, Michel Goujon, quien afirmó que sesenta militares podrían ser suficientes para proteger a toda la flotilla comunitaria que se mueve por el Índico. Pero Goujon fue más allá, y advirtió de los peligros de la vía española. Embarcar guardas privados sin una formación específica, dijo, supone un "riesgo" añadido para las tripulaciones y para otros buques. El representante galo destacó que los militares a los que se ha encargado la seguridad de los pesqueros cuentan con un entrenamiento y unos protocolos de actuación muy específicos para hacer frente a situaciones límite. El resultado es que los atuneros franceses han visto reducido de forma drástica el número de intentos de asalto por parte de los piratas y, además, todas esas intentonas han culminado con los delincuentes en fuga. El pobre argumento que contrapuso la eurodiputada socialista Josefa Andrés Barea fue que "Francia tiene la posibilidad de subir militares, y España, no". Hablaba de leyes, pero éstas no pueden ser inmutables cuando está en juego la vida de las personas. La europarlamentaria del PNV, Izaskun Bilbao, abundó en esta idea y reiteró la exigencia a las autoridades españolas de que embarquen militares, para asegurar que se trata de la solución "más barata y más eficaz". El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, a su rebufo, también el de Patxi López, no salen de su empecinamiento. Las advertencias de los expertos caen en saco roto y la opción de la, para otras cosas, tan admirada Administración francesa es despachada con pobres argumentos de limitación legislativa. Cada vez es más evidente, sin embargo, que la limitación de los gobernantes socialistas es de otro orden. Y que tiene unos costes demasiado elevados.