Síguenos en redes sociales:

Sensación de inconsistencia

La discrepancia pública sobre los presupuestos y sus efectos inversores entre consejeros del Gobierno López provoca la sensación de fragilidad institucional que el acuerdo de estabilidad entre PNV y PSE trata precisamente de combatir

LA discrepancia pública entre el consejero de Hacienda, Carlos Aguirre, y su compañero en el Gabinete de Patxi López y titular del Departamento de Transportes, Iñaki Arriola, respecto a la inversión durante el próximo ejercicio en la construcción de la Línea de Alta Velocidad y el efecto de la reducción presupuestaria en el desarrollo de la misma vuelven a incidir en la manifiesta falta de coordinación entre los distintos miembros del Ejecutivo durante sus escasos seis meses al frente de la Administración de la Comunidad Autónoma Vasca y confirman la falta de análisis y previsión constatadas en muchas de las declaraciones públicas de los integrantes del equipo de gobierno. Pero, además, la pretensión de Arriola de minimizar, cuando no de ocultar, el impacto que la reducción del 11% en el presupuesto de su Departamento y del 55% en inversión directa en el desarrollo de la "Y" vasca -de 517 a 235 millones- tendrá en una infraestructura catalogada como estratégica y en otros proyectos básicos profundiza aún más en esa discordancia y no logra evitar que esos recortes tampoco armonicen con la necesidad, manifestada reiteradamente por las instituciones, incluido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero; de incentivar la obra pública como una forma de paliar los efectos de la crisis económica. Si a ello se añade la falta de concreción inicial -que debe aclararse hoy- sobre el teórico aumento del 9,35% en otra partida clave en el desarrollo de Euskadi y en su futuro económico como la dedicada a I+D+i y que en ambas materias aparece una coincidente dependencia de Madrid, para solicitar una adecuación del presupuesto por parte del Ministerio de Fomento en el primer caso y para limitar las consecuencias de la reducción del 15% por parte del Gobierno español en el segundo, la presentación presupuestaria del Gobierno López deja traslucir, más allá de las propias cuentas y al menos de cara a la opinión pública, una sensación de inconsistencia que no puede achacarse únicamente al hecho de que sean los primeros presupuestos presentados por el Ejecutivo y que se produce en un momento en el que la situación económica y social exige todo lo contrario. Y lo hace precisamente cuando esa misma percepción social de inseguridad es la que se ha tratado de combatir con el acuerdo para la estabilidad institucional y presupuestaria propuesto por el PNV en el mes de julio y que también hoy será rubricado por los socialistas y por el que unos y otros, en un ejercicio de responsabilidad política, se comprometen a no obstaculizarán la aprobación de las cuentas en las distintas instituciones de la CAV, a mantener el gasto y delimitar el endeudamiento, a analizar conjuntamente las modificaciones fiscales y acordar el sostenimiento de la actual cobertura social.