lA interlocución -es decir, cada una de las partes que intervienen en un diálogo- es una parte altamente sustancial y a menudo trascendental para el éxito o el fracaso de cualquier negociación. En los últimos días, desde el Partido Socialista y sus apoyos mediáticos se ha venido a insinuar que Patxi López intentaría encauzar directamente con Rodríguez Zapatero el espinoso -para socialistas y populares- asunto del blindaje del Concierto Económico vasco. Podría ser así, dado que ambos lideran los respectivos Ejecutivos desde la coincidencia ideológica y la pertenencia al mismo partido. El problema es que la apuesta del PSE por el Concierto y su protección frente a injerencias externas -algunas de ellas también pertenecientes a esta misma formación política- no ha sido en ningún momento tan intensa como debiera. La sumisión de López y su gobierno a las exigencias de Madrid ha podido más, también en este tema capital para el autogobierno vasco, que la unanimidad de la exigencia en Euskadi del blindaje de la autonomía fiscal vasca. Esta circunstancia y la eventualidad de que Zapatero esté necesitado de apoyos en Madrid para sacar adelante los Presupuestos de 2010 -cruciales en un momento de crisis- ha llevado al PNV a encabezar esta reivindicación y, con ello, la negociación con quien debe ser interlocutor necesario. Y Zapatero y su Gobierno también lo han tenido claro: ha mantenido la interlocución al más alto nivel con el PNV. De ahí que el propio presidente español llamara personalmente la semana pasada al máximo dirigente del PNV, Iñigo Urkullu, para desbrozar y encauzar un asunto que jamás hubiera debido estar atascado si los socialistas y populares vascos hubiesen hecho bien sus deberes. También la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, habló directamente con Urkullu sobre este asunto, además de haberse reunido con el grupo parlamentario nacionalista. Han sido, precisamente, estas conversaciones las que han dado su fruto, de modo que la exigencia del PNV de que el Gobierno español y el propio Zapatero se comprometieran de manera firme en la defensa del Concierto tuvo su eco y las distintas voces del PSOE hacen indicar que favorecerá su toma en consideración en el Congreso. Algo es algo, aunque no es suficiente. Porque una cosa es facilitar el trámite parlamentario y otra es votar a favor en el momento decisivo, que es lo que finalmente cuenta, cuando la presión actual se haya disipado y Zapatero no necesite ya los votos nacionalistas. No sería la primera vez que los socialistas olvidan compromisos adquiridos una vez que han conseguido su objetivo gracias a apoyos ajenos. Con todo, se da por hecho que en la votación de mañana el PSOE opte por la cordura y permita la toma en consideración de la proposición de ley aprobada por el Parlamento Vasco.