No falla. Es salir a dar una vuelta, fijarme en los conductores y siempre, siempre hay alguien que está hablando por teléfono, mandando o escuchando un audio, leyendo un mensaje… mientras conduce. Sí, al mismo tiempo. Y no hay que esperar mucho para verlo. Según la DGT en los últimos cinco años (2018-2022) se han impuesto casi 500.000 multas por conducir usando el móvil. Uno de cada tres siniestros mortales son a causa de distracciones al volante, y aunque cada vez sean menores, cada vez son más graves y tienen más víctimas. A pesar de que los siniestros mortales estén disminuyendo, los despistes al volante provocan multitud de accidentes y atropellos.
Conductores de coches, furgonetas, camiones, autobuses, motos… no se libra nadie. Incluso al andar en patinetes o en bici también hay personas que miran el teléfono.
¿Y los viandantes?
Los viandantes recriminan esas actitudes pero no son más responsables, ni de lejos. Muchas personas van completamente distraídas al caminar y cruzar carreteras mientras hablan por teléfono, escriben o leen mensajes, mientras mandan o escuchan audios, o incluso viendo vídeos o consultando emails. El otro día sin ir más lejos, estaba esperando en un paso de cebra y una mujer que estaba hablando por teléfono un poco enfadada comenzó a cruzar sin fijarse en que estaba en rojo. Otro chico iba a cruzar un paso de cebra correctamente pero un coche despistado se acercaba y a pesar de que otro viandante le estaba alertando, al ir escuchando música no se enteró y tuvieron que pararle físicamente para que no le atropellasen.
Aún no estamos concienciados de lo peligroso que es utilizar el teléfono mientras conducimos o vamos caminando. En el VI informe de distracciones de BP, Castrol y RACE ya alertaban de que el 19% de conductores usa apps de mensajería instantánea mientras conduce, el 14% realiza y recibe llamadas sin manos libres y el 13% lee correos electrónicos. Pero los viandantes no salen mejor parados, porque el 76% usan el móvil al cruzar la carretera.
Un problema de adicción
Hay algo que hace que conductores y viandantes no puedan dejar de usar el móvil mientras conducen: la adicción. El primer paso para hacer frente a un problema es reconocerlo, pero no parece que esté pasando con el uso excesivo que hacemos de las pantallas y la adicción que cada vez más personas están desarrollando. Parece que hay un acuerdo silencioso entre todos para no hablar de ello, y si alguien dice algo se hace oídos sordos o se le tacha de exagerado.
Sin embargo la sociedad en su conjunto está preocupada por el uso cada vez más excesivo que los menores hacen de las pantallas. “Es que hay que ver la juventud, todo el día con el teléfono, quedan en un parque y cada uno con su teléfono, no lo pueden dejar”. Parece increíble que no seamos capaces de mirarnos en el espejo. ¿Cómo no van a hacer un uso excesivo si viven en una sociedad que ha normalizado el uso excesivo?
Las pantallas son la forma más eficiente para huir de nosotros mismos. Mientras estamos conectados no podemos sentir cómo estamos, a qué cosas tenemos que hacer frente en nuestras vidas, qué cosas tenemos que mejorar… Todos los expertos coinciden en que necesitamos un tiempo al día de desconexión, no puede ser que la mayoría de nuestro tiempo de ocio y descanso esté relacionado con pantallas.
Podemos elegir caminar por la calle, viajar en transporte público, andar en bici… como momentos de desconexión con las pantallas y de conexión con nosotros mismos. Nuestra salud física y mental nos lo agradecerá. Y además de no ponernos en riesgo al caminar por la calle, colaboraremos en no dar la imagen de una sociedad zombi, una imagen que impacta en mayor o menor medida en todos los que formamos parte de esa sociedad, especialmente en las nuevas generaciones que nos miran en busca de un ejemplo que seguir.
Si nos damos cuenta de que no lo podemos dejar, lo mejor es pedir ayuda profesional, la adicción es real y tiene consecuencias reales.