Las mujeres no somos lineales, pero nos pasamos la vida luchando para adaptarnos a una sociedad que nos exige serlo y que anula nuestra esencia. “El baile hormonal al que estamos sometidas conlleva cambios en todas las áreas (afectiva, social, física, intelectual...), pero conocer y acompañar esos cambios nos permitirá gozar de salud y bienestar”, sostiene la psicóloga Yolanda García, especializada en salud de la mujer, quien firma el libro Soy mujer y estas son mis reglas (Ed.Grijalbo).

Quién es

Yolanda García es psicóloga y naturópata, especializada en psicología perinatal, fertilidad natural, nutrición en el embarazo, parto, lactancia y alimentación infantil. Coordina el ciclo formativo de técnico superior en Dietética en el Instituto Roger de Llúria, donde también es profesora. También tiene su consulta privada y presencia en las redes: @_yolanda_garcia 

¿Ser mujer es mucho más de lo que nos han hecho creer?

Desde luego, porque a las mujeres no nos han explicado casi nada de nuestra realidad. Éramos como versiones de hombres que sangrábamos y, en realidad, nosotras tenemos un funcionamiento propio, una manera de ver la vida particular. Y esa realidad es la que invito a descubrir.

¿Por qué su libro es una poderosa herramienta de empoderamiento?

Porque es una potente herramienta de autoconocimiento. Solo aquello que conocemos podemos liderarlo, podemos gestionarlo y, por tanto, nos podemos empoderar a través de él, de manera amable, con nosotras mismas. Conseguir el empoderamiento sin saber quiénes somos es muy difícil y a la vez peligroso.

Al hablar de empoderarse, ¿tendríamos que empezar por conocer mejor el cuerpo femenino en todas sus dimensiones físicas y psicológicas?

Para mí es evidente. Si no conocemos la máquina que tenemos es como si queremos dominar un móvil o un ordenador y no sabemos cómo funciona. Entonces, difícilmente va a poder ocupar un lugar de poder en nuestra vida.

"Tenemos una medicina sin perspectiva de género”

Conocer y gobernar nuestro cuerpo adecuadamente, ¿no nos pondría en mejor situación de igualdad de situación que los hombres?

Conocer nuestro cuerpo nos coloca en un lugar de igualdad hacia nosotras mismas, hacia nuestra biología. Y desde ahí yo siempre soy más partidaria de defender la equidad antes que la igualdad. Hay cosas de base que, por supuesto, no son ni discutibles; hay que buscar la igualdad, pero me gustaría ir un paso más allá y buscar la equidad, que es que cada uno tenga aquello que necesita.

Hasta hace poco, la salud estaba masculinizada y tan solo los aspectos sexuales eran tratados específicamente. ¿Se debería profundizar más en el conocimiento de la medicina específica para mujeres?

Sin lugar a dudas; tenemos una medicina que no tiene perspectiva de género y, por lo tanto, el canon sigue siendo el de un hombre adulto, de nivel sociocultural alto y heterosexual, y todo lo que no encaje ahí no ha sido prácticamente estudiado. Nuestra reacción a los fármacos, nuestro comportamiento hormonal... varían a lo largo de nuestro ciclo. Eso tiene que ser estudiado con identidad propia porque las mujeres tenemos una fisiología propia.

Yolanda García es psicóloga especializada en salud de la mujer.

Yolanda García es psicóloga especializada en salud de la mujer. Juan José Munuera Abellaneda

Si conociéramos mejor nuestras propias especificidades femeninas, ¿nos iría mejor en el mundo afectivo, en el de las relaciones sociales e incluso laborales?

Sin duda. En realidad, el mundo está organizado de una forma lineal y nosotras no somos lineales, somos cíclicas. Nuestras características, nuestras potencialidades cambian a lo largo del ciclo. Conocer eso nos hace ser mucho más efectivas y tener también mucha más economía con nuestra energía y ello nos va a revertir en mayor felicidad y plenitud.

¿Para el camino que propone no hemos estado demasiado educadas en no estar en él y en marcarnos fronteras?

Nos las marcamos porque queremos actuar de una manera lineal cuando no somos la misma mujer siempre. Es como si le pidiéramos a la luna que constantemente brillara de la misma manera; la luna sigue siendo luna cuando hay luna nueva o cuando está en un cuarto menguante; no podemos pedirle que dé la misma luminosidad. A nosotras tampoco nos debemos pedir lo mismo a lo largo del ciclo y tampoco nos podemos demandar lo mismo en los cambios en la menopausia o cuando ya estamos en ella y esa ciclicidad ya ha sido integrada.

El título de su libro tiene doble sentido, ¿pero en realidad cuando habla de mis reglas quiere que las mujeres dominen?

No. De hecho, esa es una de las cosas que a mí más me chirría de algunos comportamientos actuales de la sociedad. Por eso hablaba del concepto de equidad, porque para mí es mucho más justo que cada uno/a responda a las necesidades que son intrínsecas a su naturaleza o sus deseos. En el título del libro se juega con que cada una ponga sus reglas porque no hay una única manera de ser mujer; hay tantas maneras como mujeres somos. Desde luego, creo que el mundo tiene que ir hacia un lugar de más colaboración y de menos competencia entre géneros, entre seres humanos. 

¿Cómo conseguir romper las reglas sin dañar a los demás?

Para mí, el camino pasa por el autoconocimiento. Por eso soy una clara defensora de conocer. Volviendo a la metáfora del móvil; yo puedo utilizar mi móvil porque sé cómo funciona y sé que si está a punto de quedarse sin batería lo he de poner a cargar; no lo cuestiono, no me enfado, no le pido cosas que no le puedo pedir. Creo que a nuestro cuerpo y a nuestra naturaleza le estamos demandando cosas que no nos puede dar o que nos las podría dar de una manera mucho más amable y menos esforzada. Por eso, para mí, el tema pasa siempre por el conocer.

"Yo no puedo disfrutarme si no sé cómo funciona mi cuerpo"

¿Es un libro feminista?

Es un libro en defensa de la mujer; hay una parte del concepto feminista que me chirría porque, de alguna manera, excluye al hombre. Vivimos en un momento vital en el cual el hombre tampoco acaba de encontrar su lugar. Evidentemente hay muchas desigualdades todavía; hay muchas metas por alcanzar, pero creo que el camino no pasa por esa dualidad, sino por trabajar desde un lugar de mayor conocimiento y menos enfrentamiento. Que ahora nos coloquemos en un lugar superior al hombre, no creo que sea el camino. Ni pienso que tampoco lo necesitemos. Además, no dará felicidad a nadie. Por eso no es un libro feminista, sino un libro para la mujer, que, para mí, es un concepto mucho más amplio, más amoroso y más inclusivo. 

Y como dice: aprende cómo funciona tu cuerpo para reconectar con tu esencia y potenciar tu rendimiento y tu salud.

Exacto, aprende cómo funciona y desde ahí disfrútate. Yo no puedo disfrutarme si no sé cómo funciona mi cuerpo. Voy a pedirme cosas que no me puedo dar. En la sociedad hay mujeres agotadas porque no entienden esa manera que tenemos de funcionar o no respetan su naturaleza. Esa polaridad femenina está poco valorada en nuestra sociedad. Todo se quiere rápido, enérgico, con resultados, y esa es una parte de la polaridad del ser humano que sería la más masculina. Sin embargo, la femenina busca esa lentitud, esa curva de ir hacia dentro, ese recogimiento que es tan necesario como la otra dirigida más al exterior.

¿Qué le gustaría conseguir con el libro?

Que las mujeres se conozcan, se disfruten y que gocen de lo que significa, porque durante mucho tiempo hemos pensado que había una especie de tara en nosotras mismas y que algo funcionaba mal. Fíjate en los anuncios de compresas, solo se muestran a mujeres que no son reales. Solo nos enseñan la versión de la luna llena, mientras que las mujeres somos cuatro cada mes y muchas mujeres a lo largo de la vida. Y conocer ese funcionamiento nos hace ser mucho más felices.