Las técnicas que aplica en su taller son las de toda la vida en sombrerería, matiza, al igual que los materiales, fieltro, terciopelo de seda, sinamay, paja, plumas, perlas, cristal, metal, porcelana..., los cuales se someterán más tarde a diferentes procesos de teñido, corte u otros procesos de transformación.
En este apartado, se siente especialmente atraída por las plumas, ya que además de la vistosidad que ofrecen, es un material que no pesa nada, lo que le hace aún más atractivo para este tipo de complementos, desprendiendo una estética mágica y visual.
Dentro de las técnicas utilizadas, para los tocados joyas recurre también a las propias de joyería como la soldadura a fuego.
Para todas las mujeres
Todo el mundo puede lucir un complemento de este tipo, afirma contundente Anita Ribbon, eso sí, "adaptándolo a su cara y estilo".
En el caso de las novias, "nos encontramos de todo tipo, aunque la mayoría suelen ser jóvenes de menos de 30 y pico años pero también tenemos como clientas a novias de más de 50 años e incluso quienes han lucido un tocado en sus bodas de plata, de oro o en cumpleaños", resalta.
A la hora de seleccionar entre todas las creaciones, Ribbon señala que "es fundamental tener en cuenta el estilo de la novia, que se identifique con la pieza y obviamente, que vaya acorde con el estilo del vestido".
Pero sin duda, una de las características que diferencian a la firma bilbaina es cómo cuida el detalle. "En muchas ocasiones incluimos dentro de la tiara o diadema algún elemento que para la novia sea importante, desde una joya familiar a cualquier elemento que tenga especial relevancia, lo que convierte a la pieza en algo muy personal y especial", resalta.
Entre toda la variedad a elegir, los turbantes son la pieza más sorprendente, un complemento más propio para las invitadas más atrevidas y con un look de ropa muy concreto.
Otro de los aspectos que puede condicionar la elección de un tocado o complemento de sombrerería es el tipo de boda y la fecha en qué se celebre. Así, por ejemplo, en los meses de verano, la pamela puede ser la pieza perfecta. En este sentido, Anita deja claro que, "ponerte algo en la cabeza va a completar tu look pero no siempre lo va a convertir en algo más vestido como se puede ver en las bodas que se celebren en el exterior o para las de tipo campestre".
Auténticas obras de arte
Anita Ribbon desprende entusiasmo cuando describe en qué consiste su trabajo. Estudio Bellas Artes, encaminó su actividad laboral hacia la decoración para pasar más tarde a formarse y centrarse en su gran pasión, confeccionar complementos y detalles de sombrerería.
Un trabajo puramente artesanal de principio a fin que comparte con Javier López desde hace 7 años, formando un buen tandem. Ambos sienten pasión por lo que hacen, y así lo demuestran en cada pieza, con un espíritu muy creativo que supera incluso al diseño de la moda.
Sin poder poner un límite a las horas que invierten en las creaciones, "ya que las que parecen más sencillas pueden ser las que más horas requieren", señalan que todas aquellas novias que quieran lucir una tiara o diadema de su firma no esperen al final para elegirla, recomendando como mínimo pedir una cita dos meses antes de las primeras pruebas con el vestido y peinado.
En cuanto a los precios, la horquilla varia mucho, al igual que las pruebas a las que se someterán a las clientes.
En este último apartado, depende mucho de la pieza elegida, aunque en el caso de una novia, como mínimo se concertarán 3 o 4 citas.
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ANITA RIBBON
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