La Administración de Donald Trump ha hecho público un informe de casi 400 páginas en el que basa las justificaciones que le lleva a imponer los aranceles a medio mundo. País por país, analiza una situación que lleva a fijar unos impuestos al comercio que, según señaló el mandatario estadounidense, suponen el "día de la liberación": "Nos han timado desde hace 50 años y eso va a cambiar".

El informe, que recoge un sinfín de elementos que considera “barreras” estado por estado a nivel mundial, también se centra en el apartado audiovisual cuando aborda la realidad de la Unión Europea

Ahí encuentra un problema “significativo”, pero no solo con los idiomas oficiales del Estado español (sea el euskera, el catalán o el galego), sino también en otros países. Incluso aquellos que solo tienen un idioma oficial como el Estado francés o Polonia.

La Administración Trump, fiel a la larga tradición estadounidense de expandir su cultura hasta el último confín del mundo con la producción cinematográfica de Hollywood como gran ariete, ve un problema en que haya países que establezcan cuotas para salvar su propia cultura o identidad.

El famoso cartel de Hollywood. EP

El caso del Estado español

En el caso del Estado español, el informe asegura que “por cada tres días que se proyecta una película de un país no perteneciente a la UE, se debe proyectar una película europea en las salas”, proporción que, según el informe estadounidense, “se reduce a cuatro días si la sala proyecta una película en un idioma oficial de España distinto del español y la mantiene en ese idioma durante todo el día”. 

El informe, elaborado el mes de marzo y que Trump enseñó en su conferencia de prensa (denominado Informe de estimación nacional de comercio 2025 sobre las barreras al comercio exterior del presidente de los Estados Unidos sobre el Programa de Acuerdos Comerciales), también tiene para las plataformas de contenidos audiovisuales bajo demanda (VOD), que “deben incluir al menos un 30% de contenido europeo, del cual al menos la mitad debe estar en un idioma oficial de España”. 

“Además, las emisoras y los servicios a la carta con ingresos por encima de los 50 millones de euros (unos 52 millones de dólares) deben invertir el 5% de sus ingresos en la producción de obras europeas y españolas”, que recoge el informe, el 40% de ese 5% total “debe destinarse para obras de productores independientes en cualquiera de los idiomas oficiales de España”.

Pero no solo le molesta el euskera

Conviene abrir el foco a la hora de entender la molestia de la Administración Trump con estas “barreras significativas”: lejos de apuntar solo contra el Estado español en la Unión Europea, también carga contra otros países, como Dinamarca con el danés, Bélgica con el flamenco, en Francia con el francés o en Italia con el italiano.

Incluso los porcentajes son superiores a los que se exigen en el Estado español. Si las plataformas deben ofertar al menos el 30% de su catálogo a producción europea (y la mitad de ese 30% a contenido en un idioma oficial del Estado), Francia exige, por ejemplo, que los canales de internet, cable y satélite deben transmitir el 50% de contenido de la UE y entre un 30% y un 35% de contenido en francés”.

En Italia, por su parte, la Ley Consolidada de Servicios de Medios Audiovisuales “exige que el 50% de las horas de emisión elegibles sean obras europeas, según se define en la medida, y que los canales de televisión comerciales dediquen el 16,6% de las horas elegibles a obras italianas”.

En Polonia, las televisiones deben dedicar al menos un tercio de su programación a “programas producidos originalmente en polaco”, el 50% a programas de origen europeo y “al menos el 10% a programas de productores independientes de la Unión Europea”.