UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo, se vio obligada a cerrar este jueves su sede de Jerusalén. El cierre se produce tres meses después de que el Parlamento israelí aprobara una ley que impedir a UNRWA operar en Jerusalén Este al considerarlo un “territorio soberano de Israel”. El gobierno de Benjamin Netanyahu acusa a la Agencia de la ONU de tener vínculos con Hamás. A pesar de esta medida, la Agencia ha decidido continuar con su trabajo en Cisjordania, en Jerusalén Este ocupado y en Gaza.

¿Cómo valora la decisión de Israel?

Se trata de una decisión ilegal, tanto el desalojo de nuestra oficina como la limitación de nuestra actividad. Israel ha firmado la Convención General sobre Privilegios e Inmunidades de las Naciones Unidas, lo que implica que nuestras instalaciones son inmunes e inviolables y deben ser protegidas y respetadas por todos los Estados. Además, Israel considera Jerusalén Este como parte de su territorio soberano, cuando para la comunidad internacional es territorio ocupado.

“Si se aplican las restricciones impuestas por Israel, la situación de la población se verá gravemente afectada”

¿Qué implicaciones tiene esta decisión para la región y para la población refugiada?

Todavía no sabemos cuáles serán las consecuencias exactas porque no tenemos una comunicación oficial de Israel sobre la aplicación de estas leyes. Sin embargo, por lo que hemos visto, va a poner más limitaciones y dificultades a nuestro trabajo en un momento en el que es fundamental que sigamos operando en Gaza y en los territorios palestinos ocupados. Solo en Jerusalén Este, por ejemplo, hay 70.000 personas que dependen de nuestros servicios de salud y más de mil estudiantes en nuestras escuelas.

Entiendo que la población más vulnerable será la más afectada por esta decisión.

Exacto. Nos preocupa especialmente la situación en Gaza, donde llevan 15 meses sufriendo una ofensiva sin precedentes y están en una situación dramática. El 90% de los hogares está destruido, la población está desplazada y no tiene a dónde ir. La ayuda humanitaria no ha sido suficiente, por lo que la salud de la población es muy frágil. Desde el 6 de octubre de 2023, hemos realizado más de siete millones de consultas médicas, con una media de 16.000 diarias. Además, el 60% de la ayuda humanitaria y los alimentos que han entrado en Gaza desde el alto el fuego los hemos gestionado nosotros. Si esto se ve afectado, el impacto será dramático.

¿Podría afectar también al alto el fuego?

No lo sabemos con certeza porque la situación es muy incierta. Si la aplicación de estas leyes se lleva al extremo, podría impedir la comunicación entre Israel y UNRWA, lo que dificultaría enormemente la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, ya que Israel es quien la coordina. Hoy (por el viernes) es el primer día desde que han entrado en vigor y aún no tenemos datos sobre los cambios concretos.

“Es indignante que un miembro de la ONU ataque a una agencia humanitaria en un momento tan crítico”

¿Qué piensa hacer UNRWA al respecto? ¿Van a adoptar alguna medida?

Nuestro compromiso es seguir trabajando sobre el terreno, a pesar de la incertidumbre. Aunque hayamos tenido que desalojar la sede de Jerusalén Este, nuestros trabajadores van a seguir operando.

¿Qué mensaje deja patente esta decisión?

El mensaje es muy preocupante. Es indignante que un Estado miembro de Naciones Unidas esté socavando las operaciones de una agencia humanitaria en un momento tan crítico para Gaza. Además, implica que algunos países pueden situarse por encima del derecho internacional sin consecuencias, lo que sienta un precedente peligroso. Podría dar lugar a que cualquier Gobierno haga lo mismo con otras agencias de Naciones Unidas para restringir los derechos de una población. Nosotros somos una agencia humanitaria, no política.

¿Cuál ha sido la respuesta internacional?

Otras organizaciones internacionales nos han mostrado su apoyo y han afirmado que no pueden asumir el trabajo de UNRWA, especialmente en educación. Somos la agencia con mayor presencia en Gaza, con 13.000 trabajadores, de los cuales 5.000 han estado activos sin descanso durante estos 15 meses. Tenemos las instalaciones y el personal para proporcionar ayuda humanitaria, algo que otras agencias no pueden hacer. Aunque muchos gobiernos también han expresado su apoyo, aún no ha habido ninguna acción política firme para frenar estas leyes.

"A pesar de los recortes de financiación de Estados Unidos, seguimos comprometidos con nuestra misión. Estamos buscando nuevos donantes para suplir la falta de fondos"

¿Es posible trabajar en estas condiciones?

Resulta muy complicado, especialmente por el acoso y las acusaciones del Gobierno israelí. La mayoría de nuestro personal es local y está en la misma situación que el resto de la población: desplazados, huyendo con sus familias. Su trabajo ya es extremadamente difícil y, además, tienen que enfrentarse a estas presiones adicionales. Vamos a ver cómo nos afectan finalmente estas leyes.

Estados Unidos ha anunciado recortes de financiación a organizaciones como UNRWA. ¿Cómo les afecta esta medida?

Llevamos sin recibir financiación estadounidense desde finales de 2023, lo que afecta a nuestro presupuesto. Estamos buscando apoyo de otros donantes para suplir esta falta de fondos.

¿En qué situación queda UNRWA?

Es un momento muy difícil. Nuestro mandato es atender a la población refugiada de Palestina y seguimos comprometidos con ello. Nuestros trabajadores continúan desempeñando su labor con determinación, incluso aquellos que han tenido que trasladarse a Jordania por no haberse renovado sus visados. Estamos haciendo todo lo posible para encontrar soluciones y garantizar la continuidad de nuestra labor.