Las autoridades gazatíes, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), denunciaron ayer que al menos 50 personas murieron en una nueva operación del Ejército de Israel contra el campamento de refugiados de Nuseirat, situado en el centro de la Franja de Gaza. Así, señalaron que el “Ejército de ocupación israelí ha entrado en el campamento con 17 vehículos militares y decenas de efectivos”, que han contado con el respaldo de la Fuerza Aérea y han cometido “crímenes horribles” que se han saldado con decenas de víctimas civiles, entre ellas mujeres y niños.
“Han cometido un crimen brutal en el campamento de Nuseirat”, aseveraron antes de afirmar que también irrumpieron con palas excavadoras. “Aparte de matar y herir a medio centenar de civiles, han hecho demolido y atacado más de una veintena de viviendas”, indicó la oficina de prensa de las autoridades de Gaza en un comunicado en Telegram.
En este sentido, descartaron que se trate de la primera vez que el Ejército de Israel “realiza estas agresiones brutales” contra la población palestina en el campamento de refugiados de Nuseirat, unas operaciones que se enmarcan además en la cruenta ofensiva puesta en marcha hace más de un año en la zona. “Ya han golpeado el campamento cinco veces desde que se inició este genocidio, y las víctimas de esos otros ataques ascienden a una centenar de muertos y decenas de heridos”, aclararon, antes de afirmar que más de 1.500 casas han sido bombardeadas y demolidas en la zona.
“Condenamos de la forma más contundente la agresión bárbara cometida por la ocupación israelí contra el campamento de Nuseirat, que se produce en un contexto de masacre sistemática, destrucción y desplazamiento forzoso de la población civil”, recogía el documento donde pedían a la comunidad internacional “condenar estos crímenes contra el pueblo palestino”. En este sentido, señalaron no solo al Gobierno israelí sino a otros países, como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia, como responsables de lo que sucede en el enclave palestino. “Los hacemos responsables de los crímenes continuados y las flagrantes violaciones vividas en esta zona”, añadían.
Ataque a un hospital
Por otro lado, el director del Hospital Kamal Aduan, Husam abú Safia, denunció ayer un nuevo ataque por parte del Ejército de Israel contra las instalaciones, situadas en la ciudad de Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza, al tiempo que reclamaba a la comunidad internacional que intervenga “antes de que sea demasiado tarde”.
Abú Safia afirmó que carros de combate y buldóceres del Ejército israelí se acercaron el domingo a la puerta occidental del hospital en medio de “disparos intensos” contra el edificio, con varios proyectiles impactando en el interior de la unidad de cuidados intensivos, la maternidad y el departamento de cirugías especializadas.
“Afortunadamente, habíamos evacuado a los pacientes a los pasillos del hospital”, relató, al tiempo que confirmó daños en uno de los generadores, que ha quedado “fuera de servicio”. “Hubo intentos de atacar el tanque de combustible, que afortunadamente no explotó”, señaló, según recogía el diario palestino Filastin.
Así, detalló que en estos momentos hay 91 pacientes en el hospital, que da “servicios mínimos”, y reclamó a la comunidad internacional “la apertura de corredores humanitarios” para obtener suministros ante la “amenaza constante y diaria” por parte del Ejército de Israel, que ha llevado a cabo varios ataques e incursiones las últimas semanas.
“Es una situación muy grave y horrible. El mundo debe entender que nuestro hospital está siendo atacado con la intención de matar y desplazar por la fuerza (a los que están en su interior)”, señaló Abú Safia.