A la espera de que Israel pueda acometer una invasión militar a gran escala en Rafah con las tropas terrestres rodeando el este del enclave palestino, ciudad refugio de 1,4 millones de gazatíes, la ayuda humanitaria y el combustible, vital para el funcionamiento de los hospitales, no han entrado en la ciudad en los últimos cinco días por el cierre de los cruces del sur, Rafah y Kerem Shalom, lo que ha provocado aún más hambre.

Las agencias de ayuda de Naciones Unidas advirtieron ayer de que, ante la falta de esos suministros, podrían suspender las operaciones en el sur de la Franja de Gaza en cuestión de días y, debido a la escasez de combustible –que entraba exclusivamente por el cruce de Rafah–, los centros médicos pueden dejar de funcionar hoy mismo.

El Cogat, el organismo militar israelí que gestiona los asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados, aseguró ayer que había permitido la entrada por Kerem Shalom de 200.000 litros de combustible para “atender las necesidades humanitarias”, aunque las agencias aún no han confirmado haberlo recibido. “La falta de fuel puede obligar al cierre casi inmediato de 17 clínicas primarias de la UNRWA, así como cinco hospitales de campaña y 10 clínicas móviles”, indicó en rueda de prensa telemática desde Rafah el coordinador de asuntos humanitarios de Naciones Unidas en Gaza, Georgios Petropoulos.

Después de varios días cerrado por un ataque de Hamás el domingo que mató a cuatro soldados, el cruce de Kerem Shalom, que conecta Israel y la Franja por el sur está abierto según las autoridades israelíes; aunque las agencias humanitarias sostienen que desde hace cinco días que no entra nada por esa vía; como tampoco lo hace por el paso de Rafah –que comunica el enclave con Egipto–, cuyo lado palestino fue tomado el martes por las tropas israelíes en su avance por esa ciudad.

“Durante cinco días, no entró combustible y prácticamente ninguna ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Estamos tocando fondo”, indicó el coordinador de emergencias de Unicef en el enclave, Hamish Young.

Hasta ahora, las entregas de combustible a Gaza se realizaban exclusivamente a través de Rafah. Si no entra fuel, toda la respuesta humanitaria se paraliza: movimiento de camiones, generadores para hospitales, sistemas de bombeo de aguas residuales, recogida de basura o los sistemas de desalinización. “Si no entra el fuel inmediatamente, no hay palabras para describir cómo puede derivar la situación”, denunció UNRWA, que cifró ayer en 110.000 los residentes de Rafah que ya se han evacuado ante el avance israelí, aunque sin un lugar seguro al que ir. El Ejército israelí ordenó la evacuación de unas 100.000 personas en la parte este de la urbe el lunes y el martes tomó el control del cruce de Rafah, que conecta el enclave con Egipto y es vital para la entrada de ayuda humanitaria, además de intensificar los bombardeos en el área.

Los bombardeos se intensifican

De momento Israel sostiene que se trata de una “operación limitada” al este de Rafah, con redadas selectivas para capturar efectivos de Hamás, de los que dice haber eliminado a medio centenar, además de haber destruido numerosa infraestructura militar del grupo islamista. Mientras los bombardeos se intensificaron ayer en toda la gobernación de Rafah, dos unidades del Ejército israelí alcanzaron un punto de la carretera de Salah al Din, que divide en dos mitades la ciudad de Rafah, este y oeste, aunque no han tomando el control de toda la vía ni han logrado todavía partir en dos la urbe, según testigos palestinos.

La artillería se escucha cada vez más cerca del centro de la ciudad, según esas fuentes, y un tercio de sus residentes se han trasladado al barrio noroccidental de Tal al Sultan, el tercio de la urbe donde se concentran la mayoría de los evacuados; aunque otros se han trasladado a Mawasi, una pequeña localidad en la costa sur de la Franja donde ya se concentraban miles de desplazados en tiendas de campaña en la playa, donde no hay agua corriente ni sistema de saneamiento y desagües, y los insumos escasean.

“En Rafah se refugiaba más de un millón de personas en el que creían que era el último lugar seguro de la Franja: Ahora miles de ellos han venido desde el lunes hasta Mawasi buscando un pedazo de tierra donde colocar sus tiendas improvisadas”, indicó el coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, Paulo Milanesio.

EN CORTO: Palestina

Naciones Unidas. Una abrumadora mayoría de 143 estados, de los 193 miembros de la ONU, volvió a pedir ayer en la Asamblea General reconsiderar la integración de Palestina como estado de pleno derecho, una decisión que compete al Consejo de Seguridad.

Solo nueve países votaron en contra, entre los que se encuentra Estados Unidos, y 25 se abstuvieron, en esta resolución que fue copatrocinada por España, Irlanda, Noruega y Bélgica, junto a más de setenta países. La resolución aprobada por la Asamblea concede además a Palestina nuevas competencias que superan su estatus actual de “estado observador no miembro” y que definen su participación en la Asamblea General, pero especifica que no contará con derecho a voto ni podrá presentarse candidata a los organismos de Naciones Unidas. Para Israel ampliar los derechos de Palestina en el seno de esta “irrelevante” institución será un obstáculo para las conversaciones de paz en Gaza.