La presión de la comunidad internacional para que entre más ayuda humanitaria a la Franja de Gaza sigue en aumento, pero Israel avisó ayer que no planea abrir más pasos fronterizos en el enclave –en total hay siete– y que únicamente permitirá los dos habilitados hasta ahora: el de Rafah, fronterizo con Egipto, y Kerem Shalom, en territorio israelí.

“No se trata de abrir más puestos fronterizos, se trata de que los organismos internacionales distribuyan la ayuda que ya pasa por estos dos pasos fronterizos por toda la Franja de Gaza. Israel está haciendo todo lo posible, pero la ONU hace semanas que no manda camiones para distribuir esa comida especialmente en el norte de Gaza”, indicó ayer el jefe de Asuntos Civiles del COGAT, Elad Gored, en una rueda de prensa desde Kerem Shalom.

El Parlamento europeo aprobó ayer una resolución, sancionada con 372 votos a favor, 44 en contra y 120 abstenciones, en la cual insta a Israel a abrir todos los pasos fronterizos del enclave palestino para permitir la entrada de ayuda humanitaria “inmediatamente”, y en la que denuncian la “catastrófica situación humanitaria, incluido el riesgo inminente de hambruna”. No obstante, Gored insiste en que el número de camiones que entran diariamente en las dos últimas semanas tuvo una media de 230, mientras que antes de la guerra solo entraban unos 50 camiones con comida.

“Israel no ha puesto límites a la cantidad de comida que puede entrar en Gaza. El 99% de los camiones que inspeccionamos cuentan con nuestra aprobación. Los que no son porque contienen material que Hamás puede usar para actividades terroristas”, aseveró. El martes entró por primera vez ayuda del Programa Mundial de Alimentos directamente al norte del enclave, por una carretera militar por la que Israel permitió el acceso de seis camiones, aunque no ha vuelto a utilizarse.

Una tercera parte de la ayuda

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) confirmó que antes de la ofensiva israelí, los camiones que entraban diariamente al enclave eran de 500, por lo que consideran que la ayuda humanitaria que ahora entra –una tercera parte– no puede cubrir las necesidades básicas de los gazatíes, sumidos en una catástrofe humanitaria y expuestos a bombardeos israelíes en puntos de distribución.

En las últimas 24 horas, al menos veinte personas y decenas de civiles resultaron heridos por tres ataques israelíes mientras esperaban para recibir comida: uno en la rotonda de Kuwait, en ciudad de Gaza; otro contra un almacén de reparto de ayuda en el campo de refugiados de Nuseirat; y el segundo en otro centro de distribución de UNRWA en Rafah.

Israel reivindicó ayer el ataque y lo justificó alegando que en ese punto de distribución se encontraba un líder de Hamás, Mohamed Abu Hasna, un policía al que identificaron como un miembro de la unidad de operaciones del grupo islamista en Rafah, que cooperaba con el ala militar de esa organización y que se ocupaba de la distribución de ayuda humanitaria y entregaba grandes cantidades a “terroristas de Hamás”. “Hasna también era responsable de actividades de inteligencia y proveía información sobre posiciones del Ejército israelí que luego Hamás utilizaba para sus ataques”, indicó un comunicado.

Sin embargo, el jefe del COGAT aseveró repetidamente que las tropas israelíes no “disparan contra los civiles” que esperan para recoger ayuda humanitaria, sino contra “situaciones que pueden derivar en amenazas”.

En total, más de 400 palestinos han muerto por fuego israelí mientras esperaban el reparto de ayuda desde el pasado 29 de febrero, según el Gobierno de Gaza controlado por Hamás, día en el que tuvo lugar la denominada Masacre de la harina.

Al menos 118 gazatíes murieron y más de 700 resultaron heridos ese día, cuando unas 12.000 personas esperaban la llegada de un convoy de ayuda y, según el Ejército, la muchedumbre hambrienta se abalanzó sobre los camiones en una estampida que provocó muertes por asfixia, aunque fuentes médicas palestinas aseveran que las víctimas presentaban heridas de bala y metralla.

Vía marítima

En este sentido, la inminente llegada a la Franja de Gaza de un barco de la ONG Open Arms con ayuda de World Central Kitchen implicará un hito inédito en la asistencia humanitaria a la población gazatí, si bien las organizaciones que trabajan sobre el terreno siguen insistiendo en que las operaciones por mar o por aire no pueden sustituir en ningún caso el acceso por los pasos terrestres.

La ONU, las ONG y los gobiernos internacionales han reclamado en reiteradas ocasiones a Israel a que facilite el acceso por tierra de la ayuda, habida cuenta del riesgo de hambruna que existe ya en la Franja de Gaza, pero ante la negativa de las autoridades israelíes se han buscado nuevas vías para llegar a la población gazatí.

Tras más de cinco meses de guerra, el hambre y las bombas siguen matando gente en el enclave, donde la cifra de víctimas asciende a 31.340 muertos y 73.134 heridos, además de unos 7.000 cuerpos atrapados bajo los escombros, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. l

En corto

8 muertos

Nuevo ataque. Al menos ocho civiles palestinos murieron la tarde del jueves en un ataque aéreo israelí contra un almacén de distribución de ayuda en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, informó la agencia oficial de noticias palestina Wafa. Este ataque contra personas a la espera de recibir alimentos se produce al día siguiente de que Israel atacara un centro de distribución de ayuda de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Rafah, en el extremo sur del enclave, en el que murieron cinco personas, incluido un policía y un empleado de la agencia.

Palestina

Reproche a Occidente. La Autoridad Palestina (AP) reprochó ayer a la comunidad internacional que sus constantes declaraciones durante estos meses defendiendo el derecho de Israel a defenderse están sirviendo al primer ministro, Benjamín Netanyahu, como “tapadera” para sus planes de ocupación y exterminio”.

Elecciones

Presión de los demócratas. El líder de los demócratas en el Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, acusó ayer al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de ser un obstáculo para la paz en la guerra de Gaza y pidió la celebración de elecciones para reemplazarlo. Estas declaraciones son el mensaje más crítico de un alto dirigente del Partido Demócrata contra el Gobierno israelí.