El presidente de Argentina, Javier Milei, ha anunciado este miércoles un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que elimina numerosas leyes y normas para desregular la economía y permitir la privatización de empresas públicas.

"Hoy es un día histórico para nuestro país. Después de décadas de fracasos, empobrecimiento, decadencia y anomia hoy empezamos formalmente el camino de la reconstrucción", ha asegurado Milei durante un discurso televisado.

El DNU contiene 366 artículos encaminados a "destrabar el andamiaje jurídico e institucional opresor" y en su primer artículo declara "la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025".

El "plan de estabilización de shock" modificará el marco regulatorio de la medicina prepaga y de obras sociales y eliminará algunas de las leyes que regulan su funcionamiento, al igual que pasará con el sector de la industria prepaga, las empresas farmacéuticas, el sector turístico, registro automotor, clubes de fútbol, ley de tierras, la modificación del código civil y comercial, y la sección total o parcial del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas.

"Recibimos la peor herencia de la historia", se lamentó el jefe del Estado argentino -el primero en la historia del país que es economista- al anunciar un plan con el pretende acabar con el déficit fiscal, un mal endémico del país suramericano.

Entre la carga recibida de los Gobiernos de los últimos años, en su mayoría de signo peronista, Milei citó "el déficit consolidado del 15 % del PBI, la presión impositiva más alta del mundo, la falta de reservas en el Banco Central, la confianza crediticia destruida, la emisión monetaria desenfrenada y la crisis inflacionaria anual del 15.000 %".

También se quejó de los "defaulteadores seriales" que le han sacado trece ceros al peso y destruido otras cinco monedas nacionales, de "dos crisis hiperinflacionarias sin guerras, 50 % de la población por debajo de la línea de la pobreza, 10 % de la población indigente y cinco millones de argentinos a los que no les alcanza para comer".

El programa del Gobierno incluye la derogación de la ley de Alquileres, la posibilidad de que los clubes de fútbol se conviertan en sociedades anónimas si así lo desean, y la autorización de la cesión total o parcial del paquete accionarial de Aerolíneas Argentinas.

Sesiones extraordinarias en el Congreso

 El decreto, que será enviado al Congreso para su aprobación en sesión extraordinaria, también prevé la derogación de la ley de Abastecimiento, que contempla sanciones a empresas en casos de escasez de determinados productos, así como la derogación de la ley de Góndolas, que obliga a los supermercados a ofrecer un mínimo de productos fabricados por pequeñas empresas.

Además, las medidas anunciadas en cadena nacional de radio y televisión establecen la reforma del Código Aduanero para "facilitar" el comercio internacional y que "quede prohibido prohibir las exportaciones", en palabras de Milei.

Protestas en Argentina

El impacto de la batería de medidas desreguladoras de la economía y privatizadoras sector público anunciada por Milei se dejó sentir en las calles de Buenos Aires, donde los vecinos de algunos barrios protagonizaron una protesta desde cruces, ventanas y balcones, haciendo sonar cacerolas y otros utensilios domésticos.

"¡Afuera Milei!", se escuchó en las calles de la capital de Argentina, donde hace apenas un mes el entonces candidato presidencial de La Libertad Avanza se impuso por casi doce puntos de ventaja sobre el aspirante oficialista y en ese momento ministro de Economía, Sergio Massa.

La acción de protesta se escuchó en varias zonas de la ciudad, entre ellas algunas de las más acomodadas, como Palermo y Belgrano, pero también en barrios más modestos como Caballito, Almagro y Avellaneda.

El anuncio del plan de choque del Gobierno se produce el mismo día en que unas 3.000 personas convocadas por organizaciones sociales y de izquierda salieron a las calles de la capital argentina para mostrar su rechazo a la política del presidente ultraliberal, que en los diez días que lleva en el poder impulsa un severo plan de ajuste con el que pretende revertir los males endémicos de la economía del país.