El anuncio de la disolución como república independiente de Nagorno Karabaj, de donde ha huido ya casi el 80 % de su población armenia, abre una nueva fase en la reorganización del polvorín del Cáucaso en la que Rusia aparece como un convidado de piedra. La estrategia de “divide y vencerás” del Kremlin ha envejecido de un día para otro con la victoriosa operación militar azerbaiyana, que allana el camino para la firma de un tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán.

“Este fue el primer conflicto que la URSS y después Rusia utilizaron para crear nuevos focos de separatismo con el fin de presionar a las antiguas repúblicas soviéticas. Tan pronto como Azerbaiyán encontró antídoto contra ese tumor, lo extirpó”, comentó a EFE Natig Dzhafarli, jefe del Centro de Investigación República de Bakú. En ese sentido, las fuerzas de pacificación rusas también tienen los días contados como garantes de la seguridad en la zona, papel al que aspiran desde Turquía a Irán, Estados Unidos y la Unión Europea.

Rusia, convidado de piedra

“El papel de Rusia en la región prácticamente se ha reducido a cero. En Armenia le culpan por el desenlace de la guerra de 2020 y por los últimos sucesos”, señaló.

El experto, que recuerda que en Azerbaiyán nunca hubo grupos “abiertamente prorrusos”, destacó que Moscú intenta ahora justificarse ante Ereván por su inacción echándole “toda la culpa” al primer ministro armenio, Nikol Pashinián.

Debido a la integración del Karabaj en Azerbaiyán, “la misión de los pacificadores rusos ha perdido todo significado”, por lo que tendrán que limitar sus funciones, señaló.

Al respecto, el propio portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, admitió que ese es un tema de conversación pendiente con Bakú.

En opinión del experto, países “como Georgia y Moldavia han visto que el separatismo puede ser derrotado si eliges el momento adecuado y los aliados adecuados”.

El georgiano Mamuka Areshidze, jefe del Centro de Investigaciones del Cáucaso, también considera “evidente” una reducción de la influencia regional del Kremlin. “Los políticos y habitantes de la región van visto claramente cómo Rusia puede negarse a cumplir cualquier compromiso y obligación. En (la región separatista georgiana de) Abjasia, según mis datos, ya se siente la preocupación. Allí han surgido discusiones sobre qué hacer si Rusia no cumple con sus garantías”, afirmó.

Tratado de paz

Alíev y Pashinián se reunirán el próximo 5 de octubre en Granada con la mediación de la UE, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz. Al respecto, el presidente azerbaiyano abogó ayer por firmar cuanto antes un tratado de paz con Armenia, a la que llamó a renunciar a “las ideas revanchistas”.

“Creo que tras el 20 de septiembre, cuando Azerbaiyán restableció su soberanía, será más fácil encontrar una solución y firmar cuanto antes un tratado de paz”, dijo Alíev durante el II Foro Nacional de Planificación Urbana en Zangilán. Considera que, al mismo tiempo, hay que trabajar en la delimitación de las fronteras “y poner fin a nuestro largo antagonismo”.

NUEVA ERA

El damero del Cáucaso

  • Reorganización. Una vez hechas las paces, comenzará la reorganización del Cáucaso, proceso en el que ya ha presentado sus credenciales Turquía, antaño rival de Rusia en la región. “El papel de Turquía se está reforzando. Con Azerbaiyán son aliados. Con Georgia también tiene una asociación estratégica”, aseguró Natig Dzhafarli. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, viajó esta semana al exclave azerbaiyano de Najicheván, donde animó a Armenia a participar en el tendido del corredor de Zangegur, lo que uniría los territorios azerbaiyano y turco. Ereván respondió asegurando que es “inadmisible” que dicho corredor que cruza su territorio no esté bajo control armenio.