Irán acusó ayer a los países occidentales de tratar de provocar la sedición en su territorio con el anuncio de nuevas sanciones y las llamadas a acabar con la discriminación de las mujeres, el mismo día que se cumplió un año de la muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por la llamada Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico.

“Algunos países que tienen episodios oscuros y han fallado en la cuestión de los derechos humanos han publicado inútiles comunicados políticos y golpeado de nuevo el tambor de las inefectivas sanciones en un intento desesperado para crear sedición en la república Islámica de Irán”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí. El diplomático llamó a Occidente a adoptar una “nueva política basada en el respeto por la gran civilización iraní, la soberanía de la República Islámica y los intereses y la seguridad común”.

Nuevas sanciones

Naser Kananí calificó de “comportamiento poco constructivo” las nuevas sanciones que la Unión Europea (UE) impuso el pasado viernes contra cuatro individuos y dos entidades iraníes por la represión de las protestas desatadas el año pasado tras la muerte de Amini.

En total, la UE ha sancionado ya a 227 personas y 43 entidades desde que en septiembre de 2022 se iniciaron las protestas. Estados Unidos también anunció sanciones contra 25 iraníes, tres medios de comunicación respaldados por el Estado y una empresa de investigación por internet por su implicación “con la violenta represión por parte del régimen iraní de las protestas”. Reino Unido y Canadá también anunciaron nuevas medidas restrictivas contra Irán por la represión de las protestas.

El alto representante de la UE, Josep Borrell, instó además a Irán a eliminar “todas las formas de discriminación sistémica contra las mujeres” y pidió a Teherán que aplique una política coherente en favor de la abolición de la pena capital.

Detienen al padre de Amini

Las autoridades iraníes impidieron ayer que la familia de Amini conmemorara en público el primer aniversario de su muerte. “Amjad Amini está bajo arresto domiciliario”, informó la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights (IHR), en referencia al padre de la joven, fallecida a los 22 años. “Las fuerzas de seguridad le impiden que visite la tumba de su hija Jina Mahsa Amini en el aniversario de su asesinato”, añadió la organización opositora al régimen de Irán.

IHR indicó además que la casa de la familia de la joven se “encuentra rodeada de fuerzas militares” en la ciudad de Saqez, en el Kurdistán iraní, para evitar que salieran de la vivienda y llevaran a cabo una ceremonia para conmemorar su muerte.

La agencia oficial iraní, IRNA, negó la detención de Amjad Amini y afirmó que las noticias sobre su arresto tienen como objetivo “incitar a la población a protestar”.

La revolución que no fue

La muerte de Amini el 16 de septiembre de 2022, tras su detención por no llevar bien puesto el velo, provocó fuertes protestas al grito de “mujer, vida, libertad” que durante meses pidieron el fin de la República Islámica.

Muchas jóvenes soñaron con un Irán diferente a la teocracia fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní. Protestaron en las calles, quemaron velos y quitaron los turbantes a clérigos. Soñaron con unas libertades que ahora no tienen, políticas y sociales, pero también otras más mundanas como bailar, soltarse el pelo, escuchar música o montar en motocicleta. La revolución estaba a la vuelta de la esquina. Pero no fue así.

El Gobierno iraní aplastó las protestas con una represión que causó 500 muertos, miles de detenidos y en las que fueron ejecutados siete manifestantes, uno en público. Tras ello, las autoridades han intensificado los arrestos, cerrado medios de comunicación, roto su aislamiento internacional e incluso logrado la descongelación de 6.000 millones de dólares bloqueados por Estados Unidos.

Ante el aniversario ayer de la muerte la joven, las autoridades iraníes desplegaron fuertes medidas de seguridad en Teherán y otras ciudades, entre ellos efectivos antidisturbios motorizados, para evitar nuevas protestas. A ello se suma que en los últimos días intensificaron las advertencias y las detenciones de activistas, periodistas y familiares de fallecidos en las protestas de hace un año. También restringieron la celebración de reuniones pacíficas en los lugares donde se encuentran las tumbas, denunció Amnistía Internacional (AI).

  • Ebrahim Raisí, presidente iraní. Se reunió en la ciudad santa de Mashad con familiares de miembros de las fuerzas de seguridad que murieron en las protestas desatadas tras la muerte de Amini, informó ayer la agencia oficial IRNA. Raisí mantuvo un encuentro con familiares de dos miembros de la milicia islámica de los basiji que murieron en noviembre en los choques con los manifestantes en Mashad. Las autoridades condenaron al joven de 23 años Majid Reza Rahnavard a la horca por sus muertes y en diciembre fue ahorcado en público.
  • Huelgas en ciudades kurdo-iraníes. Varias ciudades de la región septentrional de Irán de mayoría kurda secundaron ayer “totalmente” la huelga general convocada por organizaciones y partidos políticos kurdos en protesta por la muerte de Amini, según la organización Hengaw.